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Cuánto cuesta no pagar la cuota

El impago de una letra hipotecaria tiene intereses de demora del 10% o 12%

El 14% de los hipotecados retrasaron el pago de al menos una de sus cuotas en los últimos 12 meses, según un reciente estudio de la Agencia Negociadora de Productos Bancarios (ANPB). O lo que es lo mismo, una de cada siete personas no pudo hacer frente a sus compromisos hipotecarios en el momento obligatorio. Para algunos de estos particulares, este impago les habrá salido relativamente gratis y quedará apagado en el tiempo; para otros, algo caro, y para muchos, muy caro.

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En el primer grupo, los teóricamente afortunados, se incluyen todos aquellos hipotecados titulares de un crédito que prevé la posibilidad de reducir o aplazar el pago de un número determinado de cuotas. No son demasiados por varias razones: aunque es cierto que una gran mayoría de entidades comercializa hipotecas con esta carencia especial, no son abundantes los particulares que las suscriben.

Además, aunque en el préstamo se incluya esta teórica ventaja, no siempre es de aplicación: por un lado, porque bancos y cajas de ahorros suelen imponer como condición previa que hayan transcurrido dos, tres o más años desde su suscripción para hacer efectivo este derecho. Por otro, porque éste está limitado a un número concreto de cuotas.

Quienes hayan podido o en el futuro puedan utilizar el aplazamiento de cuotas han de saber que, efectivamente, durante uno, dos o tres meses podrán no pagar sus correspondientes letras. Lo que hayan dejado de pagar se sumará de nuevo al capital pendiente de devolver, y automáticamente la entidad le recalculará, para el periodo de vida aún vigente, una nueva cuota.

Sólo cinco euros más

En una hipoteca, por ejemplo, de 150.000 euros a devolver en 30 años a un tipo de interés del 5%, dejar de pagar una letra supondrá asumir en las siguientes cuotas un aumento de, aproximadamente, cinco euros. Prácticamente nada si se trata de un problema puntual de impago.

En el segundo grupo de hipotecados se incluyen aquellos que no cuentan con la posibilidad de carencia, pero, al tener una relación suficientemente buena con su banco o caja de ahorros, ésta les concede de forma inmediata, cuando aparecen números rojos un minicrédito normalmente asociado a su nómina. En este caso, los particulares pagan los intereses pertinentes durante el número de días que se retrasen, pero sólo por la parte de la cuota hipotecaria a la que no hayan podido hacer frente. En una letra, por ejemplo, de 800 euros, si sólo se puede pagar 500 euros, se abonará por los 300 euros restantes durante un mes entre 2,5 euros y 5 euros de más, a los que habrá que sumar los 300 euros pendientes. Cuanto mayor sea la cantidad aplazada, mayor será su coste. Al mes siguiente de nuevo habrá que hacer frente a otra letra completa, con lo que puede que el problema engorde.

En el tercer grupo de hipotecados se incluyen quienes directamente optan por no pagar una cuota. El coste de tomar esta decisión es doble: por un lado, su entidad le cobrará por esa deuda impagada unos intereses de demora -en cada contrato hipotecario vienen regulados-, que pueden ser del 10%, 12% anual o más, y por otro, le girará una "reclamación de descubierto" que para muchas entidades tiene simplemente un coste fijo en torno a los 20 euros, que igualmente habrá que pagar.

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