Bruselas admite que los aranceles sobre las bombillas chinas pueden ser "contraproducentes"

El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, ha admitido hoy que la adopción de medidas punitivas frente a productos procedentes de países extracomunitarios, como las bombillas de bajo consumo fabricadas en China, puede ser "contraproducente" para la industria europea, aunque sean "proporcionadas y estén justificadas".

"Pero si impiden a las compañías europeas tener una estrategia de producción racional o, como en el caso de las bombillas de bajo consumo, se dan de bruces contra nuestra política de ahorro energético y la realidad de la producción en Europa, pueden ser incluso contraproducentes", ha reconocido el comisario durante su intervención en un Simposium sobre globalización celebrado en La Haya.

"¿Cómo definimos qué es una compañía europea en un mundo de cadenas globales de suministro y líneas multinacionales de montaje?", se ha preguntado Mandelson, quien ha recordado que la decisión adoptada a finales de agosto por el colegio de comisarios para extender un año la imposición de una tarifa del 66% al precio de las bombillas importadas de China se eliminará a lo largo del próximo año para poder ajustarse a las nuevas pautas de producción y comercialización.

Asimismo, ha anunciado que tiene la intención de presentar en las próximas semanas una revisión de los instrumentos de defensa comercial de la UE y que todos los argumentos tienen que ser escuchados. Mandelson ha sostenido que, con su propuesta, pretende generar un debate "constructivo" y no provocar "división". "Un debate -ha dicho- que fortalezca nuestra unidad en aras de una política comercial moderna, fuerte y eficaz".

La Comisión Europea propuso prorrogar durante un año más los aranceles antidumping que se aplican a la importación de bombillas de bajo consumo fabricadas en China, a pesar de que en julio planteó su retirada. La medida tomada en 2001 tenía una duración de cinco años, pero la CE ha considerado que la prolongación de un año más supondría un periodo de "suave adaptación" para el mercado europeo, de forma que los aranceles desaparezcan el año próximo.