Botín justifica la comisión de 2.500 millones que cobró el Santander en el 'caso Torras'
"Fueron operaciones absolutamente transparentes, cobrando las comisiones que se tuvo que cobrar y el Banco de España tenía conocimiento" de ellas, ha dicho el presidente del Banco Santander
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, justificó hoy la comisión de 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros) que el grupo Torras abonó a su entidad por financiar una OPA por todo su capital, en 1989, dado el elevado capital que el Banco Santander tenía que avalar en la operación. Era "proporcionada a la importancia de las operaciones y a los riesgos que se corrían", ha dicho.
"Fueron operaciones absolutamente transparentes, cobrando las comisiones que se tuvo que cobrar y el Banco de España tenía conocimiento" de ellas, afirmó Emilio Botín, a las preguntas de la acusación particular.
Botín, que compareció en la Audiencia Nacional como testigo en el juicio contra Javier de la Rosa por dos piezas del caso Torras, indicó que fue el consejero delegado del banco en aquella época, Rodrigo Echenique, quien negoció el contrato para financiar esta operación con un aval y un crédito a cuenta por más de 65.000 millones de pesetas (390 millones de euros).
Reiteró en varias ocasiones que la comisión ejecutiva (integrada por él, Echenique y el director Matías Rodríguez Inciarte) estaba enterada "en todo momento" de los detalles de esta operación que negoció, por parte de KIO y del grupo Torras, Javier de la Rosa.
Respecto a los 510 millones de pesetas (3,02 millones de euros) que el banco pagó a De la Rosa, el presidente del Santander dijo que correspondían a una "retrocesión" que el banco entregó a De la Rosa después de que éste decidiera pedir el préstamo de 34.800 millones (209 millones de euros) al Sumimoto Bank, en vez del grupo español.
La familia Botín tuvo una relación fluída con De la Rosa
Entonces, ¿por qué 2.500 euros de comisiones?: "El banco tuvo un riesgo entre que acordó la comisión y el cliente dijo que no hacía la operación con el Santander. Habíamos puesto a su disposición el dinero, aunque no lo usase", explicó Emilio Botín, quien reconoció que tanto él como su padre tuvieron una "relación fluida" con Javier de la Rosa, que "duró largo tiempo".
Botín también admitió que el Santander vendió su participación en Ebro Agrícola al grupo KIO a un precio que superaba en 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros) al de mercado y que, además, por esta operación, abonó a De la Rosa una comisión de 200 millones (1,2 millones de euros).
"Hubo un ajuste de precio" para una venta "perfectamente documentada, aprobada por la Comisión Ejecutiva del banco" y negociada por Rodrigo Echenique y, probablemente, Javier de la Rosa, aunque "no me acuerdo" después de diecisiete años, apostilló Botín.
Tras afirmar que "todo lo que se hizo entró dentro de lo normal y transparente y se informó en todos los sitios", Botín rechazó las acusaciones de la representación del grupo Torras sobre la falta de ayuda del banco para aportar documentos en el juicio sobre estas operaciones.
La respuesta de Botín a De la Rosa
"El banco habrá cumplido con su obligación y habrá aportado lo que el juzgado le ha pedido", remachó Botín, quien sólo contestó a una pregunta por parte de Javier de la Rosa, que encabeza su propia defensa en este juicio.
De la Rosa cuestionó si Botín conocía la sociedad Quail España, a lo que el presidente del Banco Santander respondió: "Me suena el nombre". Fue a esta sociedad a la que el Santander devolvió los 510 millones de pesetas después de que no se firmara el préstamo y a la que se pagó la comisión de 200 millones por la venta de Ebro Agrícolas.
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