La escalada del precio del petróleo

En 2005, el precio de la energía ha tocado máximos históricos. El incremento constante del coste del crudo ha hecho que este año el denominado ''oro negro'' fuera todavía más valioso. Si ha existido una constante en el sector energético mundial a lo largo de este año que acaba es el crecimiento exponencial del precio del petróleo que durante muchas semanas se ha mantenido por encima de los 60 dólares el barril.

Este encarecimiento ha provocado las protestas de numerosos sectores en España, como el agrícola o el del transporte, quienes a su delicada situación habitual tuvieron que añadir el incremento de uno de sus costes más importante: el del carburante.

El fuerte incremento de la demanda de petróleo en el presente año ha puesto de manifiesto la necesidad de encontrar nuevas fuentes de energía capaces de abastecer a un mundo cada vez más industrializado. Los precios de la gasolina y el gasóleo no pararon de batir sus máximos históricos a lo largo del año. En abril empezaron a experimentar una notable subida y en septiembre los surtidores reflejaban precios hasta hace poco increíbles.

Lo que parecía imposible ocurrió y a mediados del pasado mes de noviembre la situación se normalizó y los precios de los carburantes se comenzaron a moderar. La cotización del petróleo siguió bajando y el tipo Brent cerraba a 54,73 dólares, un nivel que no repetía desde mediados de junio.

En la actualidad y cuando resta menos de una semana para finalizar el año, los datos de Industria confirman que la gasolina sin plomo y el gasóleo experimentaron hasta octubre unos incrementos del 20,8% y del 36,2%, respectivamente. Los datos de comienzos de diciembre del Ministerio de Industria indican que el precio medio sin impuestos de la gasolina sin plomo ha aumentado un 20,88% en los diez primeros meses del año, mientras que el gasóleo de automoción lo ha hecho un 36,21%.

Estos incrementos exponenciales de precios fueron los que llevaron a muchos sectores económicos de nuestro país a salir a la calle a protestar y a exigir al Gobierno central un gasóleo profesional más barato para que los que más lo utilizan logren sobrellevar de la mejor manera los vaivenes de mercado. Después del verano los transportistas por carretera fueron los primeros en demandar al Gobierno ayudas. Esta huelga, que en algunas zonas del país fue salvaje, con la quema de coches y camiones, y la actuación muy dura de los llamados piquetes informativos, se salvó gracias a arduas negociaciones entre el Ministerio de Fomento y las asociaciones de transportistas.

Entre las medidas del acuerdo al que se llegó tras tres meses de duras y maratonianas negociaciones, destacan la repercusión de los costes del gasóleo en las tarifas, la inclusión de la cláusula de revisión automática del precio del transporte en función de la evolución del coste del gasóleo, y la prohibición de que los conductores realicen labores de carga y descarga.

Aquí protestamos todos

Pero los transportistas no fueron los únicos que se pusieron en pie de guerra. Los pescadores y los agricultores también se llevaron su parte del pastel a pesar de que el Gobierno se mostraba convencido de que "llegar a un acuerdo con un sector no significa estimular paros de otros sectores".

Parece que los pescadores no estaban de acuerdo con esta afirmación y en octubre se dispusieron durante varios días a bloquear puertos con el consiguiente problema de suministro para los centros de abastecimiento nacional. Finalmente el Gobierno y los pescadores acordaron subvencionar el consumo del gasóleo y la constitución de dos mesas negociadoras: una estructural y otra social. El coste del acuerdo supondría unos 20 millones de euros.

Los últimos en alcanzar un acuerdo antes de finalizar el año fueron los agricultores que con sus ''tractoradas'' por toda España consiguieron un texto que incluía, además de algunas medidas estructurales que el sector reclamaba, un paquete de ayudas fiscales valorado en 394,5 millones de euros, que irá acompañado de avances en materia de biocarburantes y precio de los productos en origen. Este acuerdo, sancionado por el Consejo de Ministros, tuvo como éxito principal la consecución de un gasóleo profesional (exento del impuesto de hidrocarburos y con un tipo mínimo del 7% para el IVA). La medida entrará en vigor no antes de enero de 2009, dos años después de lo que se prevé para el transporte.

El año finaliza con una advertencia por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): la demanda de crudo podría aumentar en una media de 1,6 millones de barriles diarios durante 2006, hasta 84,9 millones de barriles al día, lo que supone un incremento del 1,9% con respecto a este año. Lo que todos se preguntan ahora es si estas previsiones advierten que nos tenemos que ir preparando para nuevas subidas de precios y como no, para nuevas reivindicaciones.