El BPI pronostica que el crecimiento mundial en 2005 será del 4%
El Banco de Pagos Internacionales ha avisado de que el petróleo será el primer obstáculo para el crecimiento
El crecimiento económico mundial en 2005 estará en torno al 4%, ha pronosticado hoy el Banco de Pagos Internacionales (BPI), que también advirtió de que el obstáculo a esa evolución puede venir de los elevados precios del petróleo.
Sin embargo esas perspectivas, incluidas en el 75 informe anual que esa institución difundió hoy, son muy dispares, pues mientras se prevé que la economía de EE UU crezca el 3,4%, la de la zona euro no superará el 1,5% y la de Japón se quedará en el 1%.
En cuanto a las economías emergentes, serán las asiáticas las que crezcan más, con una previsión media del 7,2%, seguidas por las de Europa Central y Oriental (5,3) y las de América Latina y el Caribe, para las que se avanza un alza del 4,3% de su Producto Interior Bruto (PIB).
"La economía mundial creció con fuerza en 2004, estimulada por políticas monetarias expansivas y condiciones financieras muy acomodaticias", dijeron los expertos del BPI, que también señalaron que "la previsión de consenso para 2005 es que se crecerá en torno al 4%".
Para avalar ese pronóstico, los economistas de la institución apuntan al sólido crecimiento de la economía estadounidense en el primer trimestre de 2005, así como "a la aceleración de la actividad en Japón y, en menor medida, en la zona euro con respecto al débil cuarto trimestre" con que los comunitarios cerraron 2004.
El peligro del petróleo y los tipos de interés
No obstante la alerta del BPI -que ha reunido a 110 bancos centrales en Basilea- se centra en los elevados precios del petróleo, que en los últimos días han llegado a superar los 60 dólares por barril, y que según este organismo internacional "podrían mantenerse perfectamente en niveles elevados durante un período de tiempo prolongado".
Precisan que "en caso de materializarse incrementos adicionales de precios, podrían darse repercusiones más graves de las previstas", entre las que destacaron las recientes presiones inflacionistas que se han producido en Estados Unidos.
Otra llamada de alerta de los economistas del BPI se refiere a los tipos de interés a largo plazo, que -en su opinión- "están extremadamente bajos en la actualidad" y que "si retornaran a niveles más normales, podría producirse una reducción del gasto de los hogares y un parón en la construcción de viviendas".
Agregan, además, que en una serie de países, que no identifican, "los precios de la vivienda parecen expuestos a correcciones a la baja de magnitud incierta".
Para el BPI "la reducción de los desequilibrios macroeconómicos sigue siendo un desafío fundamental" y subrayan como "una vertiente del problema" el creciente déficit por cuenta corriente de EE UU, el aumento de los superávit en Asia y los elevados que permanecen los déficit presupuestarios.
Inflación media del 3,1%
En cuanto a la inflación, se pronostica que 2005 acabará con una media del 3,1% a nivel mundial, aunque en Japón será del -0,1%, en la zona euro del 1,8 y en EE UU del 2,8%.
En las economías emergentes ese indicador económico irá del 3,8% de los asiáticos al 8% de europeos centrales y orientales, pasando por el 6,3% para Latinoamérica.
Respecto a la evolución del Indice de Precios al Consumo, el BPI alerta del impacto de la supresión del Acuerdo de Textiles y Vestidos (ATV) y señala que ya este año la desaparición de las cuotas de textiles han hecho aumentar las importaciones procedentes de China e India de esos productos en Norteamérica y Europa.
"Aunque es demasiado pronto para evaluar sus efectos sobre el IPC y existe la experiencia de países que como Japón o Noruega no tenían cuotas de textiles, sí hay sugerencias de que el impacto podría ser significativo", puntualizan.
También se subraya que el impacto inflacionario de la subida de los precios del crudo fue en 2004 más acusado en las economías emergentes, ya que su dependencia de ese producto energético es mayor que la de los países desarrollados.
Los analistas del BPI indican que, de manera general, las tasas de inflación fueron "relativamente estables" en 2004, lo que califican de "llamativo" si se comparan con periodos anteriores en que también hubo un espectacular aumento de los precios del crudo. Hacen referencia, además, a que pese a la "intensa depreciación" del dólar "que debería haber presionado al alza, los precios de los bienes importados permanecieron contenidos en EE UU y su efecto sobre los precios de consumo fue casi insignificante".
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