El Gobierno presenta en el Congreso los Presupuestos de 2002

El Gobierno se ha marcado como principales objetivos para el 2002 el mantenimiento del ritmo de crecimiento y de creación de empleo, para lo cual el presupuesto del próximo ejercicio da un "impulso diferencial" a la inversión y el gasto social.

El presupuesto para el 2002 presentado hoy en el Congreso de los Diputados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mantiene, por segundo año consecutivo, el objetivo de equilibrio entre ingresos y gastos, pero "esta vez lo hace en un momento de incertidumbre y desaceleración internacional".

En este contexto de evolución más moderada de la economía española es "cuando tenemos la responsabilidad de evitar que una orientación inadecuada de la política fiscal pueda

convertirse en un factor de interrupción del crecimiento", explica el Ejecutivo.

El Gobierno prevé que el Producto Interior Bruto aumente el tres por ciento este año y el 2,9 por ciento el próximo, lo que muestra "una desaceleración más rápida de lo inicialmente previsto", pero de menor intensidad que la registrada en las economías de los demás países europeos.

Esa caída de una décima tiene su origen en una ligera disminución de la aportación de la demanda interna al crecimiento del PIB y del mantenimiento de la externa en valores reducidos pero positivos (0,1 puntos), mostrando un comportamiento más equilibrado, destaca el Ejecutivo.

El consumo tanto público como privado experimentará en el 2002 "una moderada ralentización", en tanto que la inversión seguirá siendo el agregado más dinámico de la demanda interna, impulsado principalmente por el componente de bienes de equipo, pues la construcción registrará una cierta desaceleración.

La creación de puestos de trabajo seguirá siendo, según el Gobierno, "importante, aunque dentro de una tendencia de moderación", con lo que las ocupación a tiempo completo en términos de contabilidad nacional crecerá el 2,1 por ciento este año y el 1,8 por ciento en el 2002.

En cuanto a los precios, el Ejecutivo espera una flexión a la baja en los próximos meses y a lo largo del próximo año, y mantiene un objetivo de inflación del dos por ciento para ambos ejercicios, con un deflactor del PIB del 3,8 por ciento en el 2001 y del 2,9 por ciento en el 2002.

Nuevo sistema de financiación autonómica

El presupuesto del año que viene, el primero elaborado exclusivamente en euros, está marcado por el nuevo sistema de financiación autonómica, que modifica significativamente la estructura de ingresos y gastos e incrementa la autonomía financiera y la corresponsabilidad fiscal de las comunidades.

Así, el presupuesto de ingresos del Estado disminuye el 13 por ciento, al verse afectado por la merma de recaudación derivada de la cesión de impuestos a las autonomías, mientras que los gastos no financieros se reducen el 9,5 por ciento, consecuencia del nuevo reparto de competencias.

En lo que se refiere a las prioridades de gasto, la inversión del Estado en capital físico, humano y tecnológico crecerá el 5,9 por ciento y supondrá 15.229,95 millones de euros, con objeto de culminar el proceso de convergencia en niveles de renta per cápita con el resto de economías de la UE.

Por capítulos, destaca el incremento del 10,4 por ciento de la inversión en infraestructuras, que alcanzará los 8.710,72 millones de euros y se orientará principalmente a proyectos de ferrocarriles, autovías, recursos hidráulicos y medio ambiente.

El gasto en educación alcanzará 1.672,42 millones de euros, con un aumento del nueve por ciento, debido, asegura el Gobierno, a la mayor dotación de las becas, a pesar del descenso de alumnos, en tanto que la dotación para investigación, desarrollo e innovación aumentará el 7,6 por ciento y sumará 3.790,58 millones de euros.

El Ejecutivo incide también en la importancia del gasto social, que supondrá 110.313,50 millones de euros, el 51,8 por ciento del presupuesto total del 2002, tras descender el 6,5 por ciento respecto a este ejercicio, debido al traspaso de competencias a las autonomías.

Las transferencias a otras Administraciones representarán el 19,1 por ciento del total del presupuesto, seguidas de la actividad productiva e inversora, el 11,5 por ciento; la deuda pública, el 8,3 por ciento; la Administración general, el 6,8 por ciento, y otras políticas, el 2,5 por ciento.