Los trabajadores de Sintel desmontan el 'campamento de la esperanza'
Los trabajadores, ayudados por más de 200 operarios y cerca de 70 máquinas, esperan devolver la normalidad a la Castellana en 48 horas
Durante una larguísima noche, cerca de un millar de personas celebraron ayer, con la compañía de una luna llena en todo su esplendor, lo que califican de una victoria en toda regla tras permanecer 187 días acampados en el madrileño Paseo de la Castellana para defender sus derechos.
Entre constantes muestras de afecto de viandantes, vecinos solidarios, líderes sindicales y arropados por los familiares de los trabajadores de Madrid, los ex empleados de Sintel comenzaron ayer a amontonar los palés y tablones de madera que sustituyeron poco a poco a las tiendas de campaña que sirvieron de cobijo durante los primeros días y con las que crearon el campamento, en pleno mes de enero.
Asediados por los periodistas, que deambulan ante los ministerios de Economía y Ciencia y Tecnología, frente a los que los trabajadores aposentaron sus "calles, plazas y callejones", la mayoría de los antiguos trabajadores de la filial de Telefónica manifestaba no sentir ninguna pena por abandonar el lugar.
El campamento ocupaba 10.300 metros cuadrados, de los que saldrán 600.000 kilos de basura con destino a los vertederos
Si acaso, echarán de menos la convivencia, forjada con los traslados profesionales y destinos provisionales de los últimos 20 años, y que se ha visto reforzada sobremanera en los últimos seis meses tras la decisión de ocupar la vía pública para hacer más patentes sus reivindicaciones.
El presidente del comité de empresa, Adolfo Jiménez, a quien llovían las felicitaciones e incluso era requerido por un anciano para dedicarle un libro, ha recordado las muertes de compañeros, 14 de los cuales han perdido la vida durante los seis meses que ha durado este conflicto laboral.
"Una batalla bien ganada"
Para el presidente del comité intercentros de Sintel, al final ha sido "una batalla bien ganada". Jiménez describía como "un paréntesis" los últimos seis meses, que califica de "un estado de coma" tras pasar los últimos cinco años empecinados en la defensa de los trabajadores de la empresa enajenada por Telefónica en 1996.
A la espera de la evolución del proceso judicial y de la culminación de las prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones, algunos de los acampados recuerdan con algo más de optimismo lo duro que era visitar su hogar y no poder ofrecer a la familia nada más que palabras y argumentos sobre la justicia de sus reclamaciones.
A media mañana de este sábado, los servicios de limpieza municipal aguardaban con cinco palas excavadoras para recoger y adecentar los aledaños del Santiago Bernabéu.
Junto a los trabajadores, más de 200 operarios municipales y cerca de 70 máquinas participaron desde primera hora en las tareas de desmantelamiento.
La Concejalía de Limpieza Urbana preparó un dispositivo un dispositivo especial, en colaboración con la Junta Municipal de Chamartín, los departamentos de alumbrado y saneamiento, la Policía Municipal y el Samur, con el que se pretende devolver la normalidad a esta. El campamento ocupaba 10.300 metros cuadrados, de los que saldrán 600.000 kilos de basura hacia los vertederos.
Aunque muchas de las pertenencias habían sido ya retiradas del interior de las chabolas y casetas, algunos inmigrantes ecuatorianos se han adelantado a las ONG y las entidades caritativas a la hora de reciclar. Los inmigrantes trataban de localizar, entre los restos, algún frigorífico que recuperar y llevarse a casa.
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