Guillermo y Kate de Inglaterra, cada uno por su lado
Para la princesa novata llegó el momento de dar el salto. El príncipe Guillermo se ha marchado seis semanas en un polémico viaje a las islas Malvinas y Catalina se ve por primera vez sola ante el peligro. Serán días de actos en los que ella y solo ella será la protagonista y debe estar a la altura. El mismo día en que su marido salió hacia Argentina su esposa hizo una visita a un centro contra el alcoholismo y la drogadicción llamado Action on Adiction (Acción sobre la Adicción). Guillermo comienza una misión como piloto del escuadrón de salvamento de la Royal Air Force. Ella, la duquesa, ha pasado unas horas en la sede de una de las diversas ONG de la que es patrona.
La visita cogió por sorpresa a los medios de comunicación británicos porque no había sido anunciada por el palacio de St. James. Y es que, según el diario Telegraph, Catalina aprovechará este mes y medio sin su marido para profundizar en el funcionamiento de las organizaciones con las que trabaja, antes de llevar a cabo un tour oficial por todos ellos para afianzar su perfil público, asociado a trabajos caritativos, el mismo que los Windsor le asignaron a Lady Di en los noventa. También Diana de Gales se erigió como abanderada de un centro contra la drogadicción en 1985 llamado Turning Point. "La duquesa empleará su tiempo en conocer al personal que trabaja en la caridad", ha comentado un portavoz de St. James. "No se puede aprender todo en un día, uno tiene que tener contacto constante con el mundo de la ONG para comprender en profundidad su labor".
El palacio de St. James anunció también que la duquesa hará otra visita, esta vez pública, a otro centro de la misma ONG en Liverpool. La fecha establecida es el 14 de febrero. En vez de celebrar su primer San Valentín de casada junto a Guillermo, se reunirá con un grupo de alcohólicos para conocer su enfermedad y cómo la ONG les está ayudando a reponerse. El resto del día de los enamorados lo pasará en un hospital para niños.
Al otro lado del atlántico Guillermo vive una situación más complicada. Su llegada a las Malvinas se ha visto en Argentina como un acto de provocación. Se produce pocos meses antes de cumplirse el 30º aniversario de la guerra de las Malvinas que comenzó, mientras Margaret Tatcher estaba en el gobierno, después de que los militares argentinos ocuparan las islas el 2 de abril de 1982 y terminó el 14 de junio del mismo año con la rendición argentina.
El ministro británico de Defensa Philip Hammond ha defendido al príncipe al calificar la misión como "rutinaria2. Y es que, según el Gobierno británico su presencia en las Malvinas no debería causar tensión porque cumplirá una misión humanitaria.
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