Basagoiti ofrecerá al PNV una mayor colaboración en la gestión del fin de ETA
El PP trasladará por escrito a López y Urkullu los puntos de un posible pacto
El acercamiento entre populares y peneuvistas no se queda en lo económico. El PP considera que el PNV está manteniendo hasta el momento una actitud "muy constructiva" en la gestión del final de ETA y está dispuesto a incentivarla ofreciéndole una mayor colaboración y participación en la misma. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya constató una sintonía importante en esta materia cuando el pasado martes recibió en La Moncloa al líder peneuvista, Iñigo Urkullu, y así se lo trasladó a la cúpula del PP vasco. Y ese ofrecimiento de mayor colaboración figurará entre las cuestiones que Antonio Basagoiti llevará a la reunión que la próxima semana mantendrá con Rajoy, según fuentes populares.
Entre los populares vascos levantan ahora más recelos sus socios del PSE
Más allá de los vaivenes generados por las pasadas declaraciones públicas del titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, el PP vasco constata en el conjunto del partido en España, y en el propio Gobierno central, coincidencia en apreciar que ETA ha llegado a su final y ahora la clave es saber gestionar la situación, sin que la derrota de la banda "se convierta ahora en un problema político", en palabras de un ministro.
De ahí el interés del PP vasco y su presidente por tejer una estrategia conjunta con peneuvistas y socialistas, no planteada como "un pacto cerrado y excluyente" -un guiño a Aralar y EA-, sino con la intención de que los tres partidos blinden políticas sobre los puntos nucleares del proceso (presos, víctimas, etcétera).
En ese marco, el PP quiere ofrecer al PNV que ayude y participe más en la gestión del fin de ETA, tanto, por ejemplo, en las cuestiones más reservadas -"y más o menos lo están cumpliendo", señalan las citadas fuentes- como incidiendo en el papel que puede jugar para seguir exigiendo a Batasuna que colabore para la disolución de la banda. Los populares vascos también aprecian interés en el propio PNV por este acercamiento y basan su análisis en dos motivos: la apuesta de la izquierda abertzale por ir "a saco" para desbancar políticamente a los peneuvistas y la sima, tanto personal como estratégica, abierta entre la dirección peneuvista y el binomio Gobierno vasco-PSE. "En ese escenario, van a necesitar tener un poco de cobijo y ayuda puntual", opina un miembro de la ejecutiva popular.
Tras su reunión de la próxima semana con Rajoy, Basagoiti resumirá las conclusiones de las tres citas del presidente y trasladará por escrito al lehendakari, Patxi López, y al líder del PNV, Iñigo Urkullu, los puntos concretos en que el Gobierno central y el PP aprecie que se puede avanzar y pactar de manera conjunta.
El PP da por sentado que los momentos de tensión entre las tres formaciones crecerán a medida que transcurra este último año de legislatura y cada parte se esfuerce en marcar su perfil y distanciarse de los demás. Pero ve factible, limitando a su terreno propio los respectivos intereses electorales, amarrar una postura común.
En las filas populares despiertan ahora mismo más recelos sus socios del PSE que los peneuvistas. En la ejecutiva del PP vasco existe la sensación de que los socialistas quieren desmarcarse de ellos por la vía de "volver a una dinámica de demonización del PP", según uno de sus integrantes. "Es legítimo que López quiera hacer una política más de izquierdas para separarse de nosotros, pero no a costa de satanizarnos y llevarnos al escenario de hace ocho años. Ni ahora lo tienen tan fácil ni lo vamos a consentir", añade. Los populares siguen dispuestos a acabar la legislatura sosteniendo a López, pero "sin ataques".
En cuanto al cuarto agente en liza, la izquierda abertzale, el PP está variando poco a poco su mensaje: de la negación absoluta se pasa a asumir que forma parte del país y de la solución -"nadie puede ocultar que tienen 280.000 votos", apunta un parlamentario-, pero no debe dirigir el final de ETA.
Por ello, tras normalizar relaciones con Aralar y EA, los populares vascos no van a dar ningún paso hacia los herederos de Batasuna mientras no pidan públicamente la disolución de la banda. Eso sí, el PP insistirá en ese discurso que califica de "pedagogía democrática": la izquierda abertzale tradicional forma parte de la ecuación, pero son sus responsables los que han de moverse.
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