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Crítica:MÚSICA | LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Bruce Springsteen en España

Necesitaríamos un tomo capaz de explicar la exitosa mercadotecnia de Springsteen en España y este es simplemente un fastuoso libro de recuerdos para fans españoles. Lo que significa una descripción -incluida setlist- de cada concierto de Bruce en nuestro país, reforzada por el eco mediático correspondiente. Con la excepción de algunas actuaciones acústicas, siempre han sido apariciones en grandes recintos: nunca ha ocurrido que se apunte a tocar con una banda desconocida o que ofrezca un show sin anunciar, iniciativas que en Estados Unidos reafirman su imagen de rockero de base. Aquí dominan los aromas de santidad: el artista que firma autógrafos pacientemente, que acude fiel al restaurante favorito, que se queda prendado de una cerveza gallega y compra un palé completo para llevar a EE UU (improbable, pero de tales rumores se construye una relación especial). Cierto que Bruce sabe personalizar sus conciertos: puede ser el tarradelliano "ja sóc aquí" del Camp Nou (1988) o Nils Lofgren tocando Desde Santurce a Bilbao al acordeón en San Mamés (2009). Nos falta, lástima, la historia económica. La gira de 1988 fue patrocinada por la omnipotente ONCE. Durante los años de vacas gordas, ciudades y autonomías competían a golpe de chequera por contratar a los Stones, Dylan... y Springsteen. Vemos flashes de ese Bienvenido, mister Marshall pero al revés: Springsteen recibido a pie de pista por Vicente Álvarez Areces; el entonces alcalde de Gijón lleva bajo el brazo el obsequio elegido, un grueso libro sobre Chillida (¿?). Un texto de Eduardo Guillot enmarca su visita a Valencia (2006) en la ruinosa política de grandes eventos subvencionados de la Generalitat. Ruinosa ya que Bruce no vino con la E Street Band, no hubo lleno y la empresa organizadora terminó en suspensión de pagos. Neo Sala, promotor habitual de Springsteen, tiene muchas claves de la dimensión monetaria del mercado español para el artista aunque, ay, aquí prefiere profundizar en sus rencillas con Gay Mercader, responsable del debut en Barcelona (1981). Se menciona la implacable política del mánager, Jon Landau, antiguo crítico musical: como se conoce el percal, no hay entradas gratuitas para la prensa. Y eso que los cimientos del fenómeno Springsteen fueron obra de periodistas musicales y locutores de FM, que dieron cancha al cantante incluso cuando no se publicaban sus (dos primeros) discos en España. Cierto que estamos pidiendo a Bruce Springsteen en España algo que no pretendía ser. Se trata de una edición primorosa, afeada por la ausencia de índices. Los autores han sabido conjugar la información publicada con datos aportados por fans de a pie. Honrados, también recogen las críticas negativas o, más exactamente, las reservas ante semejante locomotora. La más surrealista pertenece a Quimi Portet, que con El Último de la Fila compartió escenario con Bruce durante la parada barcelonesa de la gira de Amnistía Internacional: "Cuando oigo un saxo me entra una hilaridad incontrolable ya que lo relaciono con los payasos". El mensaje de solidaridad interracial que emitía Bruce al contar con Clarence Clemons se perdía, evidentemente, en el Atlántico.

Bruce Springsteen en España

Jordi Bianciotto y Mar Cortés

Prólogo de Manuel Huergas

Quarentena Ediciones. Barcelona, 2011 265 páginas. 35 euros

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