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Los dueños de los aviones exigen a Spanair su retorno

La compañía ignoró el viernes el requerimiento de las multinacionales

Cada día que los 27 aviones que integran la flota de Spanair permanecen parados en los aeropuertos de Barcelona, Madrid o Bilbao es una jornada de pérdidas para los propietarios de esas aeronaves. El coste de mantenerlos sin darles uso es astronómico y sus dueños -perjudicados por el colapso igual que los empleados, los pasajeros o los 3.000 acreedores- asumen que nadie va a compensarles por esa factura millonaria. Por eso quieren que, al menos, la compañía les devuelva ya sus aparatos cuanto antes para minimizar los daños.

El viernes, cuando Spanair cesó de forma abrupta su actividad, los propietarios remitieron una carta a los responsables de la compañía en la que les instaba a rescindir de forma inmediata los contratos de leasing. El Consejo de Administración, sin embargo, no tomó ninguna medida al respecto con el argumento de que no podía arriesgarse a tomar una decisión de tal calibre sin la autorización del administrador concursal, que fue nombrado anteayer por el juez, detallaron fuentes conocedoras de esas conversaciones.

Roures y Benet, entre los accionistas atrapados por el concurso

El 60% de la flota de Spanair está en manos de la norteamericana International Lease Finance Corporation (ILFC), una de las mayores empresas de alquiler de aviones del mundo. ILFC y el resto de propietarios exigen la entrega inmediata de sus aviones y hoy se reunirán con responsables de Spanair y el administrador para desbloquear la situación. "En una situación de cierre de una compañía aérea lo normal es que los lessors se esfuercen por recuperar sus activos rápidamente: no solo para minimizar pérdidas, sino para ayudar a que no aumenten las deudas de la compañía", apunta Sergi Giménez, abogado especializado del despacho Jausas.

Los propietarios denuncian la "excesiva prudencia" de Spanair, que puede acabar "dañando la marca España", según fuentes del sector aeronáutico. El coste mensual de alquiler de un Airbus 320 -el modelo mayoritario de Spanair- oscila entre los 330.000 y los 350.000 euros. Según las mismas fuentes, la compañía acumulaba una deuda millonaria por impago de varias mensualidades del leasing con las multinacionales.

La devolución de los aviones por parte de Spanair es el paso previo para realquilarlos a otras compañías. Los propietarios exigen celeridad porque es un proceso complejo -los aviones han de someterse a una revisión exhaustiva- que puede alargarse, ya que hay pocos talleres preparados para esa tarea. Fuentes cercanas a la compañía sostuvieron que esta va a acelerar la devolución.

El concurso de Spanair ha abocado al preconcurso a su principal accionista, Ieasa, propietaria del 85,9% de la aerolínea. Dentro de Ieasa participa la Generalitat a través de dos empresas públicas y la sociedad mixta Catalana d'Iniciatives y el Ayuntamiento de Barcelona mediante Fira de Barcelona y Turismo de Barcelona. También estaban agrupados en Ieasa varios accionistas minoritarios, que participaban a través de Volcat 2009. Entre los inversores atrapados están Carles Sumarroca (Comsa Emte), Joan Font (Bon Preu) o los socios de Mediapro, Jaume Roures, Tatxo Benet y Gerard Romy. Estos aportaron, según fuentes cercanas a la compañía, cinco millones de euros a través de la sociedad Anytram Business. A raíz de esa participación, Benet se sentó en el Consejo de Administración de Spanair a partir del 1 de octubre de 2010, según consta en el Registro Mercantil.

Aviones de la compañía Spanair, en un extremo del aeropuerto de El Prat.
Aviones de la compañía Spanair, en un extremo del aeropuerto de El Prat.CARLES RIBAS

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