Las tres rivales de Spanair pugnan por el pastel y anuncian más vuelos
Vueling sube en Bolsa un 25% - Iberia y los pilotos se enzarzan por su propio conflicto laboral - Ryanair exige rebajas a AENA y dice que no cabe otro 'hub'
Apenas han pasado unas horas desde que la cuarta aerolínea española presentó el concurso de acreedores, y sus rivales ya se disputan los 12,5 millones de pasajeros que transportó Spanair el año pasado. Iberia, Vueling y Ryanair, cada una a su forma y haciendo hincapié en sus propios intereses, avanzaron ayer parte de la estrategia que emprenderán tras el naufragio de la que un día soñó con ser la aerolínea de bandera catalana.
La más beneficiada a corto plazo ha sido Vueling, que cerró con una subida en Bolsa del 25% -hasta los 5,1 euros- ante las perspectivas de mejora tras la suspensión de operaciones de Spanair. Es una importante subida, pero aún lejos de los 12 de hace un año. Tanto Vueling como Ryanair lamentaron la situación de la compañía caída, pero el objetivo de las ruedas de prensa no era ese: las dos comparecían para anunciar el aumento de frecuencia de las rutas que compartían con la aerolínea que preside Ferran Soriano, y la oferta de nuevos destinos para llenar el vacío que deja.
Ryanair carga contra "la estúpida estrategia de los políticos españoles"
Iberia acusa al Sepla de "hipócritas" por ofrecer ayuda a los afectados de Spanair
También Iberia anunció que aumenta vuelos y capacidad en las rutas afectadas por el cese de la actividad de la aerolínea catalana. Además, Vueling y Ryanair se dirigieron a los empleados que se han quedado sin trabajo para decirles que tendrán prioridad en futuros procesos de selección. Con todo, el tono de Vueling y Ryanair fue diametralmente opuesto.
Ambas dejaron claro que apuestan por el aeropuerto de Barcelona y van a por los 4,3 millones de pasajeros anuales de Spanair. Pero mientras la aerolínea que preside Josep Piqué, la primera de El Prat, con 7,7 millones de pasajeros en 2011, apostó por Barcelona como hub -centro de conexión de vuelos intercontinentales- y aseguró, por boca de su consejero delegado, Alex Cruz, que no permitirán "que se convierta en un aeropuerto low cost, donde no se pueda elegir asiento, no se facture, no se pueda reservar a través de agencias de viajes"; el discurso del vicepresidente de Ryanair (hasta ahora tercer operador en El Prat, con 3,4 millones de pasajeros), Michael Cawley, fue una oda al bajo coste y a las tarifas reventadas.
En la línea que caracteriza sus intervenciones, Cawley cargó contra la "estúpida estrategia de los políticos españoles", a quienes reprocha haber ayudado a Spanair (las ayudas a Ryanair no son ayudas, son convenios, dijo), las "elevadas" tarifas de AENA y haber construido aeropuertos "innecesarios, sobredimensionados e ineficientes". Sobre el futuro de El Prat como hub, el vicepresidente de la aerolínea irlandesa recomendó a las autoridades que se vayan olvidando: "el número de hubs es limitado y no hay lugar en Europa para uno nuevo". Cawley les invitó a "aprender la lección de la quiebra de la cuarta aerolínea de España".
Vueling, que para el verano aumentará la frecuencia en 33 líneas (24 de ellas las operaba también Spanair), anunció también nuevos vuelos desde Barcelona a Berlín y Hamburgo; y Tenerife, Las Palmas y Lanzarote desde Bilbao. En total, su actividad aumentará un 50% en Barcelona y un 25% en el resto de España, aseguró el consejero delegado, Alex Cruz. No se cansó de repetir la apuesta de Vueling por "consolidar el liderazgo de El Prat" y de afirmar que "Barcelona es la casa de Vueling y Vueling la primera línea de El Prat y del Gobierno catalán". Cruz también anunció que extenderán la clase business a todos los vuelos y que se marcan como objetivo que el 50% de sus clientes vuelen por razones profesionales.
La pugna por los pasajeros de Spanair se presenta pues disputada, porque pese a la distancia de Ryanair, su vicepresidente recordó ayer que es la primera aerolínea de España y que su intención es liderar también el mercado en Cataluña. Cawley no precisó cuántos nuevos vuelos ofrecerán o cuál será el incremento de frecuencias (compartían 12 rutas con Spanair "quedan otras 30", dijo), pero aseguró que ayer mismo tenía reuniones con la Generalitat y AENA. Para este año, aspiran a 4,4 millones de pasajeros, una barbaridad si se tiene en cuenta que irrumpieron en el aeropuerto de Barcelona en 2010. Sobre Vueling y su estrategia, Cawley no se despeinó: "No nos importa. Ellos subirán tarifas, mientras nuestra estrategia es bajarlas, seremos la primera línea de El Prat".
El tercero en discordia es el grupo IAG, formado por Iberia y British Airways, que fue el único valor del Ibex que cerró en positivo, aunque solo subió un tímido 0,66%. Iberia utilizó además la crisis de Spanair para reforzar sus argumentos en el conflicto laboral que vive a cuenta de la creación de la aerolínea de bajo coste Iberia Express. La compañía acusó al sindicato de pilotos Sepla de "hipocresía" tras ofrecerse a ayudar a los afectados de Spanair. Iberia muestra en un comunicado su sorpresa por estas declaraciones después de la "tremenda insolidaridad con los clientes propios y de Spanair, al mantener una huelga que impide ofrecer ninguna alternativa a estos últimos". Los pilotos se han ofrecido para "realizar gratis vuelos especiales y recolocar a los pasajeros y trabajadores afectados por la suspensión de operaciones de la compañía".
Los pilotos, que convocaron ayer el séptimo paro de los dos últimos meses, consideran que el modelo de gestión de Spanair "encuadrado en un modelo erróneo" es precisamente contra el que luchan al tratar de impedir la creación de Iberia Express. La compañía, en cambio, considera que esta nueva compañía, que volará por primera vez el 25 de marzo, garantizará "la viabilidad del grupo" y que ningún empleado "perderá su trabajo ni verá alteradas sus condiciones laborales".
Un informe del banco de negocios japonés Nomura considera que será IAG la más beneficiada por el cierre de Spanair. Según estos analistas, la suspensión de operaciones alivia un poco la presión sobre el mercado español, uno de los más competitivos de Europa y que sufre un exceso de capacidad.
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