El romance de Almodóvar con la moda

Azulejos de colores, sillas de anea y castizos abanicos. Todo listo y preparado para una fiesta en un tablao flamenco con invitados de excepción: Pedro Almodóvar y su pandilla de chicas. Podría ser una escena cualquiera de una noche cualquiera, en cualquier bar de Madrid. Pero todo este entramado forma parte de algo menos corriente: es el cineasta español más importante posando para la decana marca de moda italiana Missoni.

El oscarizado director manchego ha colaborado con la firma, especializada en diseños de punto, y se ha transformado en el chico de moda de la temporada al convertirse en su imagen para primavera/verano. Almodóvar ha cambiado su silla de dirección por el batín de estrella y esta vez se ha puesto delante de las cámaras. El objetivo lo ha manejado el prestigioso fotógrafo alemán Juergen Teller, que ha trabajado con firmas como Yves Saint Laurent, Vivienne Westwood o Marc Jacobs, y que ha retratado a famosos como Kate Moss, Victoria Beckham, Kurt Cobain o David Hockney.

En las imágenes que se han podido ver hasta ahora, el cineasta aparece con un pantalón gris y una chaqueta de rayas de la firma, y no se desprende de sus (tan apreciadas en los últimos tiempos) gafas de sol. En su fiesta nocturna le acompañan dos chicas Almodóvar. De la nueva y de la vieja escuela. Blanca Suárez, protagonista de La piel que habito, su última película, y Rossy de Palma, una de sus primeras divas, que trabajó con él en La ley del deseo, Átame o Kika.

Junto al cineasta y sus musas también se deja fotografiar la actual cabeza de la firma, Angela Missoni (hija de los fundadores, Rosita y Ottavio, que crearon la empresa en 1953), a cuyas piernas se agarra Almodóvar en una de las fotos en un momento de cariño arrebatador. "Queríamos unas imágenes que hablaran sobre la empresa, no solo del producto, que se convirtieran en institucionales, yendo más allá de unas puras imágenes de moda", ha explicado Angela a la publicación de moda Women's Wear Daily, asegurando que buscaban fotografías "espontáneas" y "dinámicas".

Pero más miembros del clan Missoni -con el que Almodóvar guarda una buena relación desde hace años- se dejan caer por la reunión. Teresa y Margherita, hijas de Angela y conocidas por su aparición en múltiples festejos acompañadas de ricas herederas europeas, posan en el tablao. Para darle un toque más mundano a este cuadro flamenco y que no todo sea cine y arte, la firma italiana ha contado también con la colaboración de la top (también italiana) Mariacarla Boscono.

Ni siquiera el decorado escapa del universo almodovariano. Los hechos tienen lugar en el tablao Villa Rosa, un clásico madrileño situado en la céntrica plaza de Santa Ana. Tan clásico que se convirtió en un punto de encuentro habitual de Tacones lejanos. Allí Miguel Bosé desgranaba su versión de Un año de amor, de Luz Casal. Y mucho antes de la troupe Almodóvar pasaron por allí Ava Gardner, Ernest Hemingway y Alfonso XIII, ya que "el santuario del flamenco madrileño", como se denomina a sí mismo el centenario local, abrió en 1911.

El Deseo, la productora de Almodóvar, ha rehusado hacer declaraciones sobre este trabajo. Algo similar ocurre en Missoni, que asegura que imágenes e informaciones -que llegan tarde para el estricto calendario de la moda ya que el lanzamiento de las campañas estivales tiene lugar a principios de enero- han saltado a los medios sin que ninguno de los interesados lo hicieran público. La desmesurada popularidad del cineasta y su escasez de apariciones han hecho que los detalles de su posado para Missoni se hayan conocido antes de lo previsto. Por tanto, la empresa italiana (con campañas protagonizadas por Gisselle Bündchen, Drew Barrymore o Leighton Meester, protagonista de Gossip girl) no dará detalles hasta nuevo aviso. Un aviso que, dada la potencia mediática del mundillo Almodóvar, no tardará en llegar.