Afectados por robo de niños piden una comisión "como en Argentina"
Tres asociaciones entregan en la Fiscalía General del Estado 90.000 firmas contra el archivo de casos y reclaman al Gobierno que les ayude a buscar
"Me llamo Mabel Escuer, pero no soy Mabel Escuer", explicaba ayer una mujer que, tras realizar unas pruebas de ADN ha comprobado que su madre no es su madre. "Tengo 59 años y hace dos me enteré de que no tengo nada que ver con la familia que me crió. Denuncié mi caso a la justicia, declaré un 12 de julio y el 29 ya lo habían archivado. ¡No hay derecho! Cuando me muera yo quiero que en mi lápida ponga quién soy de verdad".
Escuer era una de las más de 300 personas que ayer acudieron a la Fiscalía General del Estado para entregar 89.666 firmas recogidas por tres asociaciones de afectados por el robo de niños (SOS Bebés Robados, Anadir y Aberoa). Con ellas quieren presionar a los fiscales para que no archiven más casos, reabran los cerrados y estudien nuevas líneas de investigación. Se quejan de que los fiscales les piden unas pruebas que 30, 40 o 50 años después de los hechos no pueden aportar. "¿Pero dónde se ha visto que sean las víctimas las que tengan que señalar al culpable? ¡No somos detectives!", clamaba Escuer.
"¿Por qué tenemos que aportar todas las pruebas? ¡No somos detectives!"
En la misma situación está el presidente de Anadir, Antonio Barroso, que pese a tener un análisis genético que prueba que no es hijo de sus padres, ha visto archivado su caso. "Yo creo que la justicia confiaba en que nos aburriéramos o nos arruináramos, pero no va a ocurrir. Vamos a seguir luchando", aseguró frente a la Fiscalía General del Estado, donde hace justo un año entregó la primera denuncia conjunta por robo de niños: 261 casos que se han convertido en 1.500. Más de un 20% se han archivado por falta de pruebas.
"¡Menos mentiras, menos niño muerto! "¡Fiscales y jueces mojaros ya!" gritaban las familias concentradas ante la Fiscalía. Algunas habían viajado expresamente desde Andalucía, País Vasco o la Comunidad Valenciana solo para participar en la protesta. En pancartas, camisetas y carteles escribieron: "Si eres hijo único. Si tus padres son mayores. Si no han tenido más hijos. Si no tienes fotos de tu madre embarazada... puedes ser adoptado. ¡Ayúdanos!"; "Busco gemelo, si te pareces, llámame"; "Te perdí en Cullera. ¡Hijo, búscame!".
Ante los archivos de las denuncias, el abogado de Anadir, David Serra, propone recurrir a otras vías: "Si el poder judicial no nos sirve, acudamos al ejecutivo y al legislativo. Necesitamos una comisión de investigación a iniciativa parlamentaria, como en Argentina. Esto se puede resolver, pero falta voluntad política".
Luis Vega, presidente de SOS Bebés Robados de Madrid y padre de un niño que sospecha fue robado en 1977, también propuso un cambio de estrategia: "La justicia, en el sentido más estricto de la palabra, el de que quien la hace la paga, no la vamos a tener. No se va a poder castigar a los culpables, entre otras cosas, porque muchos han muerto ya. Hay que ir a la búsqueda de la criatura", dijo, refiriéndose a los niños dados por muertos al poco de nacer. "¿Cómo? Cruzando muestras de ADN. Y así, cuando se encuentre a uno de esos niños servirá de hilo para desmadejar el ovillo y llevará a otros, porque se podrá saber cómo fue el proceso de adopción, con quién contactaron esos padres adoptivos, etc. Lo más importante no es castigar al culpable, sino encontrar al niño", insistió. Vega se reunirá el próximo 6 de febrero con el secretario de Estado de Justicia.
Entre los concentrados frente a la Fiscalía General del Estado, María Esperanza buscaba parecidos. En el bolso llevaba fotografías de sus otros hijos por si entre los afectados allí reunidos se encontraba su hija, nacida, y sospechan que robada, en la maternidad madrileña de O'Donnell en 1973. Su caso no ha sido archivado, pero su declaración ante la fiscal no le dejó buen sabor de boca. "Nos dijo que le extrañaba que no hubiéramos llorado porque todos los demás lo habían hecho", contaba su marido, José Antonio. "Y yo le dije: 'lo que pasa es que después de 38 años nos hemos quedado sin lágrimas de tanto llorar".
120.000 euros en ADN
El Ministerio de Justicia del anterior Gobierno socialista dispuso un banco de ADN gratuito para los afectados por el robo de bebés. "Pero la letra pequeña dice que esas pruebas solo se harán cuando lo ordene una autoridad judicial", lamenta Antonio Barroso, presidente de Anadir. Como la mayoría de fiscales no tiene con quién comparar el ADN de los padres que acuden a ellos buscando a sus hijos o los hijos que buscan a sus padres, apenas han ordenado análisis en ese banco genético gratuito.
Los afectados han recurrido entonces a laboratorios que ante la gran demanda han terminado haciéndose con un banco de ADN privado para casos de niños robados. "Solo en [la empresa] Genómica los afectados han hecho 1.000 pruebas, a 120 euros cada una, 120.000 euros que hemos tenido que pagar de nuestro bolsillo", denuncia Barroso.
Soledad Luque, promotora de la recogida de firmas contra el archivo de casos, rogó ayer que el Gobierno se implique más "para resarcir un daño del que mundo entero se está escandalizando y del que nuestro Estado, sea cual sea el partido que gobierne, debería avergonzarse".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.