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Entrevista:EL DEDO EN EL OJO | PURIFICACIÓN GARCÍA - DISEÑADORA | PROTAGONISTAS

"Bailaría una cumbia con Adolfo Domínguez"

Pregunta. Abrió su primera tienda en Amberes. ¿Nostalgia de los Tercios de Flandes?

Respuesta. No. Fue pura casualidad, porque yo tenía una íntima amiga que era la agente y distribuidora de mi marca para toda Bélgica.

P. ¿Y no pensó en hacer modelitos inspirados en don Juan de Austria?

R. Para nada. Pero de allí me gustan los seis diseñadores maravillosos que salieron de la Escuela de Amberes.

P. ¿Va siempre vestida de Puri?

R. No, no. Me encanta mezclar, soy muy caprichosa e investigo continuamente. Me gustan los mercadillos.

P. Nunca se pondría algo de Adolfo Domínguez. Al enemigo, ni agua.

R. ¿Por qué no? Si me gustara la prenda, sí.

P. Pero no ha sucedido.

R. No. Y no lo considero mi enemigo para nada. Es un diseñador más, y yo me llevo muy bien con todos.

P. Como la acusaron de espionaje industrial cuando trabajaba con ellos... ¿Es usted una choriza?

R. No [ríe]. Son cosas de matrimonios que recién empiezan, rencillas que luego se estabilizan. Y uno se divorcia o se acopla. Ahora hay gente que se divorcia y luego vuelve a juntarse. Mire Elizabeth Taylor.

P. Quiere decir que aceptaría a Adolfo Domínguez como pareja de baile.

R. ¿Por qué no? Baila estupendamente.

P. ¿Y qué se bailaría?

R. Una cumbia. Me encantan las salsas y la cumbia.

P. Dice diseñar para la mujer "que puede sentirse fea hoy y radiante mañana". Si yo me veo siempre espléndida, ¿debo cambiar de diseñadora?

R. No, porque si se siente espléndida posiblemente es porque tiene energía dentro y está bien consigo misma.

P. Afirmó Carmen March que usted tenía un toque Balenciaga. Eso sin exagerar, ¿no?

R. ¿Me dijo eso? Qué fantástica. Qué lástima que se retirara. Un poco sí exageraba. De todas formas, yo no soy la más indicada para opinar.

P. Fue hippy en Mallorca. ¿Cómo anda ahora de amor y flores?

R. Pues de amor, muy mal, y de flores, muchas, porque estoy rodeada de unas amigas fantásticas. Pero también le digo que estoy así porque quiero. Mejor estar libre y contenta que amargada, incomprendida y mal acompañada, que te puteen o te peguen.

P. Tiene una casa en Indonesia. ¿Es para huir de los acreedores?

R. No, ja, ja, ja. A veces es para huir de mí misma.

P. Si no se soporta, no viaje con usted.

R. Esa casa es para poder desarrollar mi tema espiritual, interiorizarlo, porque estamos en un mundo bastante ficticio, como es el de la moda. Voy dos veces al año y me gustaría ir más.

P. Cuentan que usted no da palo al agua, que está todo el día moviendo el tacón y que su equipo se lo da todo hecho. ¿Vive un poquito del cuento?

R. No. Yo trabajo. Me levanto a las siete de la mañana, y no me encargo de todo porque no soy una superwoman.

Yo superviso, marco una filosofía. Y a mi edad se puede tener un equipo, ¿no? Llevo 32 años en la moda.

P. ¿Teme a los zaras y los mangos?

R. Yo no tengo miedo de nada. A estas alturas de mi vida he pasado grandes crisis y grandes separaciones. Nosotros tenemos una clienta muy fiel, que nos sigue desde hace treinta años.

P. ¿Su peor separación ha sido en el mundo del amor o en el de la aguja?

R. En los dos. Un poco de todo.

P. ¿De mayor le gustaría ser Amancio Ortega?

R. No, para nada. No dormiría por las noches, y ahora duermo estupendamente. No me gusta.

P. ¿Su empanada favorita tiene que ver con la industria textil o con la gastronomía?

R. Yo pondría todo en la misma empanada, lo mezclaría. Me gustan el cine, la música, las gastronomías diferentes. Soy una enamorada del sureste asiático y no paso dos meses sin ir a India.

P. Su empanada es una empanada...

R. Mental.

P. Yo iba a decir global.

R. Eso. Global.

P. ¿Ha creado algo pasada de ribeiro?

R. No. Es una pena. Soy de la liga antialcohólica. Me inclino más a los tés, a las mentas.

P. Y si no de alcohol, ¿de qué se pasa?

R. De tabaco, por ejemplo. Siempre hay que tener alguna adicción. Me hubiera gustado tener otra, pero ahora no se da la ocasión. Tengo también una adicción tremenda al chocolate, al trabajo y a mis hijos.

P. ¿Se permite alguna locura textil?

R. Para 2012, todas las cosas que he empezado hay que consolidarlas. Me encantaría hacer niños y novias, pero es un momento de estarse quieto.

P. La veo francamente ignaciana: en tiempos de turbación, no hacer mudanza.

R. Sí [ríe]. Completamente.

A CORTA DISTANCIA

Su nueva tienda de Madrid, donde me cita, es espaciosa y tiene varios ambientes, incluso sala de vídeo. Empieza por decir que es muy formal, que no tiene mucha gracia, pero luego se lanza y parece que el tiempo de la entrevista le sabe a poco. Va vestida en tonos negros y grises, y asegura que si hay algún color que no se pondría ni muerta es el rojo. A veces piensa en salirse del textil: "¿Por qué no poner una floristería? Ir a los mercados de flores me flipa".

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