"Sigo el consejo que le di a Fraga"

Alude a su diabetes, al "tantarantán" que le asustó en verano, a las horas que le robó a la familia, para zanjar una época. También a la calma que han traído al PP tantas mayorías absolutas. "Sigo el consejo que siempre le di a Fraga y me voy, quiero descansar, estoy bien pero los médicos me dijeron que rebajase mi actividad. No quiero Senado ni ninguna otra cosa, soy un militante más y no me verán ni en televisiones ni en entrevistas".

Remarca que es el final. Y que su hijo no hubiera dado el salto a la política de haber seguido sus recomendaciónes. "Es más lo que te quita esta vida que lo que te da, hay tiempos que nunca vuelven. Se lo aconsejé cuando me planteó que aspiraba a liderar el partido, pero ahora que está dentro le apoyo para que siga. Hoy no me atrevería a aconsejarle nada".

Asume el final de una era y de un modo de entender la política con la muerte de Fraga y su paso atrás. "Se puede decir que sí acaba, seguramente con errores. Es posible que alguien de la ciudad no entienda estas prácticas políticas. Hicimos lo que supimos y pido perdón por mis errores, que seguro que hubo muchos".

Pero si se le pide bajar al detalle, a las masivas contrataciones de su institución o a su innegable red clientelar, dice que no es él quien debe "juzgar ahora sus aciertos y equivocaciones".

Exhibe el convencimiento de que quienes le fueron leales a él también le guardarán confianza a su progenitor. "Como presidente del partido", se apresura a aclarar, en un intento de hacer ver que el futuro no está escrito en ningún lado y que tampoco ha legado testamento. Ni siquiera en forma de recomendaciones a su presidente regional, Alberto Núñez Feijóo. Quiere olvidarse de la moción que, junto a su grupo, respaldó en octubre para censurar "los brutales recortes de la Xunta". Y tampoco hace ademán de reivindicar más galleguismo ante su líder. "La clave es querer a Galicia, con eso es con lo que te ganas a la gente".