Las acusaciones rebaten con datos las teorías de Camps
Las acusaciones del juicio de los trajes recogieron ayer, en la jornada de sus informes definitivos, todas las piezas del supuesto cohecho impropio que se imputa al expresidente de la Generalitat Francisco Camps y al exsecretario del PP valenciano Ricardo Costa. El resultado fue una construcción coherente -basada en documentos de tiendas, de la sastrería, de los bancos, declaraciones de testigos que los confirman, informes periciales y policiales- difícil de obviar por el jurado.
Frente a ella, la fiscalía y la acusación popular se anticiparon a las defensas, que intervendrán hoy, al señalar que la única alternativa a la comisión del delito consistiría en una teoría de la conspiración que calificaron de "disparatada", y "de la que no se ha aportado ninguna prueba". En ella tendrían que haber participado numerosos fiscales, jueces, policías, empleados de las dos tiendas de las que, presuntamente, salieron los trajes regalados, la sastrería que los confeccionó e incluso los miembros de la trama que han exculpado en el juicio a los acusados.
Buena relación
El sastre José Tomás, "que se llevaba bien con los acusados", recordó la fiscal Miriam Segura, tendría que haber empezado a generar pruebas incriminatorias en 2005, cuatro años antes de que estallara el caso. Y el primer indicio del cohecho, subrayó el letrado, lo aportó junto al resto del origen del caso Gürtel José Luis López Peñas, exconcejal del PP de Majadahonda: "¿Qué sentido tiene?".
El abogado de la acusación, Virgilio Latorre, también abordó esta supuesta conspiración, de la que dijo que "es un disparate que repugna a la razón y al sentido común". El letrado expuso su informe apoyado en una presentación informática, emitida por la televisión de la sala, en la que se intercalaron documentos, gráficos y fragmentos de las declaraciones de los testigos, con las que fue rellenando el relato de la acusación.
La fiscal terminó su intervención con una batería de preguntas. "El juez instructor indicó que la trama pretendía ganarse la complacencia, estar a bien con los cargos que recibían los regalos. ¿Es irrelevante que en una ciudad uno sea amigo ni más ni menos que del presidente de la Generalitat? ¿Da igual?". "Solo me queda desearles que impartan justicia, que sean justos", concluyó Latorre dirigiéndose al jurado después de que ambas acusaciones optaron por rebajar el número de prendas que supuestamente recibió Camps y, por el contrario, elevar las regaladas a Costa.
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