El arte del Betis saca el genio del Barça
El conjunto de Guardiola se impone a un valiente adversario con apuros tras un partido muy intenso - Los azulgrana y el Madrid llegan al clásico copero justos de fuerzas y de juego
Al Betis le incomodan las jornadas laborables, los partidos menores, y, por el contrario, agradece los encuentros exigentes, los retos mayúsculos. Hay pocos más solemnes que disputarle la victoria al Barça en el Camp Nou. Y al estadio azulgrana fueron los verdiblancos con tanta determinación como gracia, más valientes y artísticos que nunca, convencidos de que si había un día para presumir de duende y embrujo era anoche en Barcelona. La suya fue una apuesta extraordinaria, por bella y atrevida, a veces más plástica incluso que la azulgrana. No ganaron por poco, porque se quedaron con diez después que el árbitro no pitara un penalti a Iniesta, porque el Barça es un soberano equipo y porque no quiso Alexis, figura en vísperas de un clásico de Copa al que los grandes llegan apurados por las exigencias de la Liga.
BARCELONA 4 - BETIS 2
Barcelona: Valdés; Puyol, Mascherano, Abidal; Cesc (Thiago, m. 83), Xavi, Busquets, Iniesta (Adriano, m. 88); Alexis, Messi y Cuenca (Alves, m. 46). No utilizados: Pinto; Piqué, Dos Santos y Sergi Roberto.
Betis: Casto; Isidoro, Mario, Dorado, Nacho; Cañas, Iriney (Santa Cruz, m. 46); Rubén Castro, Salva Sevilla (Matilla, m. 57), Montero; y Jorge Molina (Ustaritz, m. 72). No utilizados: Fabricio; Juanma, J. Pereira y Sergio.
Goles: 1-0. M. 10. Xavi. 2-0. M. 12. Messi. 2-1. M. 32. Rubén Castro. 2-2. M. 52. Santa Cruz. 3-2. M. 75. Alexis. 4-2. M. 86. Messi, de penalti.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Expulsó a Mario (m. 70) por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Iriney, Messi, Salva Sevilla, Puyol, Iniesta, Matilla y Dorado.
Camp Nou: 69.889 espectadores.
La apuesta de Mel fue extraordinaria, a veces más plástica incluso que la barcelonista
Ya no hay sorpresas en la pizarra. Juegan habitualmente los azulgrana con tres zagueros, el rombo en el medio campo, dos extremos bien abiertos y como punto final Messi. La novedad no está en la ocupación del campo, ancho y largo, sino en el nombre de los futbolistas. Ayer descansaron Alves y Piqué, y al central se le echó de menos. El Betis tuvo el encuentro a su favor mucho rato, sobre todo nada más comenzar, cuando sus tres medios y dos delanteros desfiguraron al Barça, y Valdés celebró su 30 cumpleaños con dos grandes paradas: rebanó con la izquierda un tiro diabólico de Molina en un mano a mano y en la jugada siguiente le sacó el remate a Dorado en un córner mal defendido por Alexis. La doble ocasión forastera provocó el arrebato del chileno: un fogonazo.
Alexis es un delantero explosivo, profundo, corre de forma revolucionada, se distingue por su agresividad con el balón. No tiene la técnica ni la pausa de los volantes barcelonistas, manifiesta cuando el equipo toca en un metro cuadrado. A cambio, el chileno es único cuando se trata de tirar desmarques, jugar al espacio y desbordar. Anoche habilitó con un pase interior a Cesc, cuyo tiro al palo fue embocado por Xavi, y después centró duro y raso para la llegada de La Pulga. A los azulgrana les redimió su calidad en la definición porque el fútbol elaborado continuó en poder del Betis, excelente tácticamente y en la presión, muy atrevido, más equipo en varios momentos que el Barça, empequeñecido en su propia casa.
A los verdiblancos les perdió su mala defensa de la banda derecha, solo tapada por Isidoro, necesitado de un interior. Atacaron bien los barcelonistas por su lado izquierdo y contaron el 2-0. A partir del gol de Messi, sin embargo, el Betis se corrigió, basculó mejor y pasó a disputarle el cuero y el partido al Barcelona de tal manera que silenció al Camp Nou. Jugaba el Betis como acostumbra el Barça y Jorge Molina ejercía de Messi. El delantero le ganaba con facilidad la espalda a Mascherano y el gol se mascaba en el marco de Valdés. Descolocado el central, el portero salió a achicar a Molina, el ariete se dio media vuelta, cedió hacia atrás para Salva Sevilla y el chut mordido del interior fue remachado por Rubén Castro. Falto de movimiento y de línea de pase, el Barça no controlaba un partido a gusto del Betis.
A Mel le pareció que podía ser una noche histórica para el Betis, de manera que quitó a un volante para poner a un cuarto delantero como Roque Santa Cruz, la mayor afrenta que le han hecho en mucho tiempo al Barcelona. A Guardiola no le quedó más remedio que retrasar a Alves, que había sustituido a Cuenca como extremo, y defender con cuatro zagueros. Ni así pudo administrar su ventaja porque Santa Cruz se estrenó con un tiro imposible para el portero desde el balcón del área. Los azulgrana dejaron de ir a remolque para arremangarse, tirar la línea de juego en la divisoria, y plantear un partido a la brava, sin concesiones. Al Betis no le quedó más remedio que recular, ceder campo y pelota, y defender con los dientes apretados ante Casto mientras rugía el Camp Nou, presa de una tremenda carga ambiental.
El encuentro se puso especialmente caliente. El guion era inédito en un estadio que no venía un gol en contra desde abril. Había tanta fiebre en la grada como en la cancha, terreno complicado para el árbitro, que se comió un penalti a Iniesta - le penalizó con una tarjeta- y expulsó a Mario, y el mejor escenario también para un jugador de sangre caliente como Alexis. Xavi adivinó el desmarque del chileno, que recibió, controló y armó el remate. Al portero se le doblaron las manos y el Barça cantó victoria después de una brava reacción futbolística y de carácter. A partir de la intensidad, fuerte de pies y cabeza, el Barça revolcó al Betis y coronó su actuación con un segundo gol de Messi después de un penalti discutible. Tuvo muchas agallas el Barça, que no quiere darle más ventaja al Madrid. La cólera y su capacidad para rebelarse ante la adversidad, frente a un gran rival y un mal árbitro en un partido de dificil gestión por la emotividad, le dignifican de forma especial.
Los grandes llegan a la ida de la Copa del próximo miércoles justos de fuerzas y de juego por la réplica que sufren en la Liga. Al Madrid le cuesta sacar sus partidos adelante y el Barcelona se dejó dos puntos en Cornellà antes de sufrir con el Betis. Ambos, sin embargo, se baten con grandeza. Allá donde no llega el fútbol alcanza el carácter. Prohibido rendirse en la Liga, en la Copa y en la Champions. El duelo parece eterno y unos y otros lo afrontan como jabatos. El arte del Betis sacó el genio del Barça.
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