Gran Recesión a escala autonómica
Los nuevos datos del INE ilustran el impacto de la crisis en las regiones
El rastro de la Gran Recesión, la etapa más nefasta de la historia económica reciente, se puede seguir en multitud de indicadores. Con motivo de unos cambios metodológicos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de aportar una nueva perspectiva, la autonómica, de singular importancia cuando los mercados escudriñan las cuentas de las comunidades, responsables de buena parte del desvío del déficit público en el ejercicio pasado.
Los nuevos datos solo cubren el periodo 2008-2010, pero es un trienio con enjundia: está el arranque de la Gran Recesión y el primer atisbo de recuperación, abortado desde el pasado verano por la amenaza de otra recaída. Como primer indicio de que la crisis va por comunidades, la remesa estadística del INE desmenuza cómo se ha perdido el paso en la convergencia con la Unión Europea.
Castilla y León fue la única autonomía que mantuvo el paso de la convergencia
Las diferencias entre Cataluña y Madrid vuelven a estrecharse
Si en 2008 la mitad de las comunidades atesoraba un PIB por habitante superior al promedio de la UE, en 2010 esa relación de socios ilustres había perdido un componente (Cantabria) y mostraba un retroceso generalizado pero desigual. Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid fueron los territorios que más renta por habitante perdieron en paridad de poder adquisitivo. El estallido de la burbuja inmobiliaria tiene aquí tanto poder explicativo como en el mínimo paso atrás de algunas comunidades del noroeste, más despobladas. Así, Extremadura y Galicia experimentaron solo una ligera caída en el nivel del PIB por habitante. Y, según los nuevos datos, Castilla y León fue la única autonomía que mantuvo el ritmo de convergencia durante este trienio maldito.
Los matices autonómicos de la crisis económica, y los cambios metodológicos incorporados por el INE para afinar sus estimaciones, trastocan el pódium autonómico. En renta por habitante, País Vasco recupera el primer lugar a costa de la Comunidad de Madrid, que también ve peligrar la segunda posición en favor de Navarra. En el peso de cada economía en el conjunto de España los cambios metodológicos estrechan aún más la diferencia entre Cataluña (aporta el 18,6% del PIB español) y Madrid (17,7%).
En términos reales (descontando el efecto de los precios), la Comunidad de Madrid (-2,6%) también sale mejor parada que Cataluña (-3,4%) en el trienio. En los extremos se sitúan Castilla y León (-2%) y Comunidad Valenciana (con una caída del 6,4% en el PIB regional entre 2008 y 2010).
La radiografía sectorial de la economía autonómica reproduce una actividad muy escorada en la agricultura y la industria, y más repartida en construcción y servicios. Así, Andalucía aporta más del 25% del valor añadido que se genera en el sector primario (agricultura, ganadería y pesca), muy por delante de otros territorios como Castilla y León y Castilla-La Mancha, en los que es determinante la extensión de la superficie cultivable.
En la industria, y más aún si se tiene en cuenta solo la actividad manufacturera, es Cataluña el territorio más importante, con un 23,6% del valor añadido bruto generado por este sector en España. Además, la orientación exportadora de la industria catalana le permitió incluso ganar peso respecto a 2008, pese al brusco desplome que sufrió en los peores meses de la Gran Recesión.
A mucha distancia de la industria catalana se sitúan la Comunidad de Madrid (un 11,3%, una aportación inferior a la de la construcción en la región) y Comunidad Valenciana (9,7%). La especialización de País Vasco, donde la industria aporta cerca de un 30% del valor añadido, aúpa a esta comunidad a la cuarta posición en el listado español.
En el sector servicios, el más determinante de la economía española y también el más heterogéneo, la aportación está más repartida y el trienio maldito apenas ha suscitado cambios de relieve. La concentración de los servicios financieros y administrativos juega a favor de Madrid (20,4%), que antecede a Cataluña (18%) y Andalucía (14%). A partir de aquí el listado sigue la lógica del peso económico de cada comunidad, condicionado por la especialización turística de Canarias o Baleares.
En el arranque de 2008, la hipertrofia de la construcción (con un peso promedio del 13,6% en el valor añadido español) era generalizada. La caída más notable tras la recesión la experimenta la Comunidad Valenciana (donde este sector pasa de suponer el 11,6% al 10,9% del valor añadido), mientras que en algunos territorios, como Cataluña y Castilla y León, el hundimiento de otras actividades hace que el ladrillo gane peso.
Deberes pendientes en el déficit público
El Gobierno ha convocado para este martes el primer Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y, a tenor de las primeras estimaciones del cierre presupuestario, en 2011 hay mucha tarea por delante. No es solo que las comunidades sean las responsables de más de la mitad del desvío sobre la estimación para el año pasado (del 6% al entorno del 8%). Es que además, según un estudio elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), ninguna se ha atenido al límite establecido para las comunidades (1,3% del PIB), cuando en 2010 al menos cinco cumplieron con el tope (2,4%).
Según el informe del Observatorio de las Comunidades Autónomas, solo la Comunidad de Madrid, con un déficit estimado del 1,4%, podría cumplir con la meta fijada. Pero incluso en este caso el comportamiento es desfavorable, ya que supone duplicar el saldo presupuestario del ejercicio pasado (-0,7%). Es el Gobierno de la Comunidad Valenciana, que también es el Ejecutivo autonómico más endeudado, el que experimenta la peor evolución, según los cálculos de FEDEA. Castilla-La Mancha (-5,8%) y Murcia (-4,7%) volverían a encabezar la clasificación de comunidades más deficitarias, pero al menos habrían recortado el desequilibrio, mientras que el déficit de la Comunidad Valenciana habría subido (del 3,5% al 4,2%).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.