Rajoy replica al mercado: "Sé lo que hay que hacer, habrá reforma laboral"
El presidente avanza una cifra "astronómica" de 5,4 millones de parados
Era su primer discurso público desde que fue elegido presidente, hace casi un mes. No eligió el Congreso, sino un mitin de partido en Málaga. Todo estaba preparado para una gran celebración del triunfo rodeado de fieles, pero el acto llegó en un muy mal día para la economía española y europea. Mariano Rajoy se despertó con las primeras páginas de los periódicos europeos, incluidos los españoles, dominadas por la pésima noticia de que la agencia Standard & Poor's devalúa la calificación de la deuda de varios países, entre ellos Francia y España. Y tuvo que cambiar todo su discurso, que fue elaborando en el tren camino de Andalucía.
El presidente renunció a explicar su subida de impuestos, que contradice su programa y sus promesas. Ni siquiera la mencionó. El PP trabaja como si eso ya fuera el pasado, para que se olvide cuanto antes y evitar el desgaste. Pero sí quiso contestar indirectamente a Standard & Poor's y los mercados. Lejos de salir en tromba contra las agencias de calificación, como hizo el viernes la Comisión Europea, por ejemplo, y solía hacer el Gobierno del PSOE, Rajoy lanzó un breve pero contundente mensaje en el que vino a decir que él va a hacer los recortes y las reformas pero no porque se lo exija el mercado, sino porque cree que es lo que hay que hacer.
"Todo el mundo ha de poner lo que esté en sus manos. Pido responsabilidad"
"Ahora les toca apretarse el cinturón a las Administraciones"
"En 2011 gastamos 90.000 millones más de lo ingresado. Esto no es sano"
"Un banco defiende los intereses del banco. Nosotros, el interés general"
Lo explicó con su estilo a veces campechano, en el que trata de hablar como si fuera un ciudadano más: "En los periódicos se habla de cosas de las que antes no se hablaba. La prima de riesgo, las agencias de rating, que te suben o te bajan. Vivimos un momento difícil, pero el Gobierno que yo presido sabe perfectamente lo que tiene que hacer para mejorar la reputación de España, para crecer y crear empleo. Y lo vamos a hacer. Y sabemos lo que hay que hacer en Europa. Iré el 30 de enero al Consejo Europeo a decir lo que creo que hay que hacer: una apuesta clara por el euro, controlar el déficit, reformas económicas. Y la UE tiene que resolver problemas de financiación".
Standard & Poor's ha amenazado a España con rebajar la nota aún más si Rajoy retrasa la reforma laboral. El presidente, que ya ha ampliado una semana el plazo dado a sindicatos y empresarios, contestó con la idea de que esa reforma se va a hacer ya. Antes, Fátima Báñez, ministra de Trabajo, en el mismo acto pensado para lanzar la campaña de Javier Arenas en las elecciones andaluzas, había dicho que el Gobierno trabajará desde el lunes si empresarios y sindicatos no alcanzan hoy un acuerdo, algo difícil porque ya no hay casi ni conversaciones.
Fuentes gubernamentales aseguran que la reforma es inminente. "Hay que hacer la reforma laboral, no porque la pidan algunos, sino porque hay que crear empleo y la legislación no es buena. No es la panacea, pero es otro paso en la buena dirección. Habrá reforma laboral", remató Rajoy como respuesta a la agencia de rating. Aun así, reclamó a empresarios y sindicatos un último esfuerzo. Y reveló un dato todavía no oficial: el año 2011 cerró con 5,4 millones de parados, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), que aún no se ha hecho pública. Una cifra que Rajoy tachó de "astronómica".
"He hablado con empresarios y sindicatos. He sido sincero. Saben lo que yo voy a hacer. Si no hay acuerdo, que asuman su responsabilidad. Todo el mundo tiene que poner lo que esté en sus manos. Pido a todos responsabilidad, porque España es cosa de todos", lanzó, en un intento de curarse en salud, para poder decir que buscó hasta el final un acuerdo que todos daban ya en diciembre por imposible porque la patronal sabe que el PP está muy cercano a sus posiciones y no tiene más que esperar para ver cómo triunfa su filosofía sobre la reforma.
Rajoy está muy interesado en dar la imagen de político independiente que no se deja manejar por los lobbies y actúa con criterio propio. Lleva años hablando de eso. Siempre reivindica que ha soportado todo tipo de presiones, especialmente de medios conservadores, y se ha mantenido firme. Ahora defiende que tampoco va a ceder ante los bancos -que reclaman ayudas públicas- o las eléctricas -que piden subir la luz-: "No tenemos más compromisos que los intereses generales. Un banco defiende los intereses del banco, las eléctricas los suyos, es lógico, pero nosotros defendemos el interés general".
Para rematar esta idea, lanzó un mensaje fuerte a los bancos: no habrá dinero público para ayudarlos, se forzarán fusiones y, sobre todo, deben valorar sus propiedades inmobiliarias al precio real; eso implicaría, como ya se está produciendo, una gran bajada de los multimillonarios beneficios que ahora declaran y reparten a sus accionistas.
"Si un solar vale 100 no puede figurar en el balance que vale 1.000. Transparencia, saneamiento, y activos valorados a su verdadero valor. Queremos más fusiones, necesitamos un número de entidades de tamaño que generen credibilidad y respeto. Y, además, esto no le puede costar dinero al contribuyente porque no tiene la culpa", sentenció.
"Vamos a pedirle un esfuerzo más grande al que puede hacerlo", remató Rajoy, para concluir con una llamada a la independencia de España -a pesar de que todas sus últimas decisiones se han tomado en contacto con Berlín y Bruselas-: "Este es un gran país, no necesitamos que nadie nos diga lo que hay que hacer".
Esta es otra de las obsesiones de Rajoy. Cree que uno de los errores del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero fue exponerse demasiado y aparecer siempre como el principal responsable de todo -de ahí que él deje que sean sus ministros los que se conviertan en la imagen de los recortes y la subida de impuestos, y él evite acudir al Congreso a defenderlos o dar una rueda de prensa, como hacen la mayoría de los dirigentes europeos cuando hay reformas importantes-. Pero, además, cree que uno de los grandes problemas de Zapatero fue la sensación de que actuaba siempre empujado por Bruselas o Berlín.
En realidad, el Gobierno del PP tiene un contacto estrecho con esas dos capitales, como lo tenía el del PSOE, pero tiene mucho interés en mantener esos canales de forma discreta y actuar antes de que le obliguen. Esa fue una de las grandes justificaciones de los recortes y subidas de impuestos del 30 de diciembre: si no lo hacía el Ejecutivo, dijeron varios ministros, Bruselas o Berlín podrían haberle obligado en el Ecofin del día 20 o en la cumbre del 30.
Al margen de esta estrategia de parecer independiente, el Ejecutivo del PP está muy atento, como lo estaba el del PSOE, a la evolución de los mercados. El jueves hubo una buena noticia con la subasta de deuda y el viernes una pésima con la bajada de calificación de Standard & Poor's. Rajoy está preocupado sobre todo por la bajada de calificación de Francia -mañana se reúne en La Moncloa con Nicolas Sarkozy-, aunque eso podría ayudar a que Alemania y Francia se replanteen la política de austeridad a ultranza y empiecen a pensar en algún plan de reactivación económica.
Rajoy, en cualquier caso, está convencido de que España debe seguir con la política de recortes, a la espera de que haya algún cambio de posición en el eje franco-alemán. Él está especialmente interesado en acercarse a Angela Merkel, con quien se verá en Berlín el día 26. Sabe que la mejor manera de hacerlo -y de distanciarse de Italia, otra pata de su estrategia- es con promesas de recortes. Por eso ayer no olvidó prometer que cumplirá con el recorte del déficit y apretará a las comunidades, aunque el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lleva días dándoles oxígeno.
"En 2011 nos gastamos 90.000 millones más de lo que ingresamos. Esto no es sano. Por eso vamos a controlar el déficit y por eso hemos tomado decisiones y las vamos a seguir tomando, aunque sean difíciles. Intentaremos explicarlas, pero no hay alternativa. Los españoles se han apretado el cinturón, ahora se lo van a apretar las Administraciones. Hay que reducir organismos, hay más de 4.000. A las comunidades les diremos que es su obligación", afirmó el presidente.
Rajoy viajó a Málaga en el AVE, y con un mínimo séquito: la coordinadora de presidencia, la responsable de prensa del PP y los escoltas. El presidente detesta los aviones y tiene prácticamente vetados los helicópteros. Pero no parece ese el motivo principal. La decisión de no viajar a un acto de partido en el avión oficial es un gesto político. Rajoy criticó a Zapatero por acudir en el Falcon a los mítines de las elecciones municipales de 2011, precisamente a Málaga. Fue uno de los elementos de esa campaña. Y ahora el presidente quiere mostrar que él no lo hace y de paso dar gestos de austeridad. Aunque el billete del AVE corre a cargo del dinero público, se ahorra mover el avión oficial y sobre todo la imagen es muy distinta. Y eso sí lo cuida Rajoy.
Desde el viernes, el presidente del Gobierno y su familia viven ya en La Moncloa. Hasta ahora habían permanecido en su residencia madrileña de Aravaca.
Los planes del jefe del Gobierno
- "El Gobierno sabe perfectamente lo que tiene que hacer para mejorar la reputación de España y para crecer y crear empleo. Lo tenemos muy claro y lo vamos a hacer".
- "Diré en el Consejo Europeo que hay que apostar por el euro, controlar el déficit, que todos los países asuman las reformas económicas y que la UE debe resolver los problemas de financiación".
- "La reforma laboral es necesaria, lo sabe todo el mundo, incluidos quienes no la quieren. Lo peor es no hacer nada, sería un enorme error. Hay que hacerla y la vamos a hacer. El número de desempleados al final de 2011 llegó a los 5,4 millones, una cifra astronómica. Combatir el paro constituye el mayor reto de este Gobierno".
- "He hablado con sindicatos y empresarios y he sido absolutamente sincero con ellos.
Les he pedido responsabilidad. Saben lo que voy a hacer, y si no llegan a ningún acuerdo, cada uno tendrá que asumir su propia responsabilidad".
- "Vamos a tomar decisiones aunque sean difíciles. No hay otra alternativa. Le pediremos un esfuerzo más grande al que puede hacerlo. Seremos justos y equitativos".
- "También habrá reforma en el sistema financiero. Si un solar vale cien, no puede figurar en el balance que vale mil. Transparencia, saneamiento, y activos valorados a su verdadero valor. Queremos más fusiones, España debe tener un numero de entidades de un tamaño razonable, sensato, que generen credibilidad y respeto y que den crédito a los ciudadanos. El proceso va a continuar. Y, además, esto no le puede costar dinero al contribuyente porque no tiene la culpa".
- "No podemos gastar lo que no tenemos. Como no presido un Gobierno de irresponsables, vamos a seguir controlando el déficit. La Ley de Estabilidad Presupuestaria se aprobará en pocas semanas. Tendrán que apretarse el cinturón todas las Administraciones".
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