Fratricidio por los Juegos
Los tenistas españoles pelean también entre sí para conseguir el billete olímpico
Los criterios, en principio, son clarísimos: a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 solo pueden acudir un máximo de cuatro tenistas por cada país, hasta completar un cuadro de 56 jugadores a los que se añaden luego los que reciben una invitación de la Federación Internacional. En España, sin embargo, eso es un problema. La selección cuenta con 10 tenistas entre los 50 primeros, más que nadie; la clasificación solo es un elemento orientativo que no asegura la plaza; y los Juegos se disputarán en Wimbledon y sobre hierba, una superficie solo apta para especialistas. En consecuencia, los tenistas españoles compiten desde mañana en Melbourne con un triple objetivo: avanzar en el Abierto de Australia, consolidarse como uno de los cuatro mejores españoles y convencer de sus virtudes a Albert Costa, el coordinador federativo, y a Àlex Corretja, el seleccionador.
Así están las cosas. Rafael Nadal tiene el sitio asegurado: es el mejor tenista español de la historia y defiende el oro olímpico conquistado en los Juegos de Pekín 2008. Fija parece también la presencia de David Ferrer, el número cinco mundial, y de Almagro, el décimo, porque no contar con ellos supondría un terremoto de consecuencias imprevisibles. La cuarta plaza es la que provocará un pulso de varios meses: hoy sería de Feliciano, el número 19, pero le persiguen Fernando Verdasco, el 24, Marcel Granollers, el 28... hasta Pablo Andújar (44), Juan Carlos Ferrero (47) y Albet Montañés (50) podrían soñar con ella en función de sus resultados en Melbourne.
Los dobles y los dobles mixtos podrían servir de elemento compensador. Como hay un tope de seis hombres y seis mujeres, España podría seleccionar a dos tenistas que no compitan en los individuales para que sean olímpicos por parejas. La cuenta atrás comienza en Australia.
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