19 alcaldes del Bloque aíslan a la UPG en vísperas de la asamblea

A medida que se acerca la crucial asamblea nacional del BNG de los días 28 y 29 de enero, toma cuerpo la posibilidad de una alianza no menos trascendental, la que formarían las corrientes Encontro Irmandiño, de Xosé Manuel Beiras, y Máis Galiza, de Carlos Aymerich, que amenaza con alejar por vez primera a la UPG del control de la formación nacionalista. El paso de ayer fue decisivo: un manifiesto firmado por 19 alcaldes del Bloque, todos ellos irmandiños, de Máis Galiza o independientes, en el que arremeten contra la UPG y su "ideologización frustrante" y reivindican una organización "democrática, eficaz y abierta".

Los 19 firmantes del manifiesto se reunieron en Santiago para dar a conocer esta segunda declaración, después de provocar una tormenta política con la difundida el pasado agosto. La voz cantante la llevaron los alcaldes de Teo, Martiño Noriega; Tomiño, Sandra González; Castrelo de Miño, Xurxo Rodríguez, y Ribadeo, Fernando Suárez, que en nombre de todos ellos leyeron y explicaron el alcance de un documento que "no va contra nadie". En efecto, el manifiesto no cita en ningún momento a la UPG, pero está repleto de alusiones al partido de Francisco Rodríguez, al que critica su forma de ejercer el control del Bloque y su defensa de un modelo social "caduco, inviable y no deseable".

El manifiesto critica un modelo "caduco e inviable" y exige democracia interna

Los regidores despejan el camino para una alianza de Máis Galiza y Beiras

Ese dibujo de una sociedad "falsamente ideal" que se atribuye a la UPG, un partido comunista que asume en sus estatutos la "lucha de liberación nacional", es además "una fuente innecesaria de frustraciones cuando se deben ejercer responsabilidades de gobierno en cualquier institución", sostiene el grupo de alcaldes. "Nuestras posiciones de máximos pueden señalar un horizonte, pero nunca deben condicionar el presente y el día a día", añaden.

La idea del manifiesto parte de la percepción de que la mayoría de los militantes del Bloque están alejados de las tesis del partido hegemónico, pero la férrea disciplina de este le permite mantener el control asamblea tras asamblea. La que se celebrará este enero será especialmente importante, porque llega tras un nuevo fracaso electoral y porque en esta ocasión se elegirán no solo los órganos de dirección del BNG, sino también su candidato a la presidencia de la Xunta. La alianza de irmandiños y Máis Galiza, a la que podrían sumarse el PNG y diputados independientes como Teresa Táboas, parte de coincidencias más orgánicas que ideológicas, pero esta vez amenaza seriamente el histórico control que ejerce la UPG mediante alianzas coyunturales con corrientes ajenas al partido.

Los alcaldes definen al BNG como un proyecto "para conquistar democráticamente el gobierno de las instituciones" y no "únicamente para ser la conciencia crítica del pueblo". "Debemos alcanzar la mayoría social a través del convencimiento democrático de sus ciudadanos", defienden. El manifiesto aboga por un modelo social y económico "de bienestar", en el que el papel de la iniciativa privada "no sea excluyente o incompatible con la función reguladora de la economía". Define el objetivo del nacionalismo como "el reconocimiento de Galicia como nación dentro de un Estado plurinacional", mientras que, en clave orgnánica, rechaza "la presión de grupos internos" que "intenten debilitar la capacidad de actuación política" de la dirección del Bloque.

El manifiesto, titulado O galeguismo e o nacionalismo político do século XXI ao servizo da cidadanía galega, sucede a Somos conscientes. Desde os concellos facendo País gran a gran, divulgado en agosto. Aquel documento provocó severas críticas de la UPG, principalmente de su presidente, Bautista Álvarez, que tachó a los alcaldes de "cans de palleiro" y llamó a la "depuración" en el BNG.