El Levante sigue de fiesta

Empapado de buenas sensaciones, el Levante no admite réplica en la Copa tratándose de un Segunda, el Alcorcón, muy alejado de la fortaleza granota. Salpimentado el conjunto de JIM de suplentes e incluso de chicos de la cantera, uno de ellos, el delantero Roger, fue bendecido por un gol en una noche más de fiesta en el Ciutat de València. Una mezcla de los viejos rockeros -excelentes una vez más Juanfran, Barkero y Rubén- con otros aspirantes a la altura de esta temporada histórica. El JIM Team barre el polvo de los recuerdos más antiguos y vuelve a unos cuartos de final de la Copa 70 años después.

Cuestionado por sus últimas actuaciones, el marroquí El Zhar sintió que aquel era uno de esos momentos de inspiración para redimirse. Un toque mágico, cambiando de orientación con el exterior del pie derecho, abrió una autopista a Barkero hacia el gol. El donostiarra enfiló la carrera hasta Raúl Moreno y lo batió de un disparo raso y seco. Camino despejado hasta la goleada.

El tanto ponía de manifiesto la supremacía granota en un arranque premonitorio. Impulsado por la percusión constante de Barkero en los numerosos saques de esquina, el poderío físico de Iborra en el centro del campo y la capacidad de Koné para llevarse defensas. Es asombrosa esa mezcla de fuerza y habilidad del costamarfileño para zafarse de hasta tres sabuesos rodeándolo, favoreciendo así el descanso o la superioridad numérica de sus compañeros en las jugadas, según interese.

Partidario de dejar pasar el tiempo sin sustancia, el Alcorcón cambió de aires viéndose ya por detrás en la eliminatoria. Contaba a su favor con los pases interiores de Mora y los regates de Miguélez, a punto de incendiar en un par de ocasiones la defensa levantinista. Pero erró Oriol Riera el disparo ante Keylor Navas. Pólvora mojada.

Sabiéndose vulnerable atrás, en el banco el capitán Ballesteros, el Levante insistió en atacar para ampliar la brecha. Lo logró de manera inesperada. Roger, máximo artillero del filial en Tercera, pero poco afortunado en estos sus primeros pinitos en la élite -falló tres ocasiones de gol en la anterior ronda, frente al Deportivo-, se sintió en la gloria cuando le cayó el balón esquinado dentro del área, en posición de remate. Lo empaló con el alma, a media altura, arañando el poste izquierdo.

Al Alcorcón le duraron poco sus ganas de protagonismo. Las fulminó Iborra de un cabezazo al primer palo, tras el enésimo córner de Barkero, ya cuando JIM había dado descanso a Koné. A la desesperada, Anquela hizo tres cambios de una tacada. El tiro al palo de uno de ellos, Montañés, fue poca réplica a un lanzamiento previo de falta de Rubén a la escuadra desde unos 25 metros. El asturiano le puso el lazo a otra noche inolvidable para los granota. Que pase el siguiente, 70 años después.