Extravagancia contenida en Detroit
La industria del automóvil de Estados Unidos encara su gran cita anual recuperada y con expectativas de crecimiento en 2012
Los tres fabricantes de Detroit tienen motivos para ser algo más extravagantes en la nueva edición que arranca esta semana del North American International Auto Show. El que acaba de cerrarse fue un buen año para la industria de la automoción, a pesar de la anémica recuperación económica y del quebradero logístico por el terremoto en Japón. Y la confianza es alta para este año.
Es, como dicen los organizadores, el retorno de los Big Three. Hace tres años, el Salón de Detroit se desarrolló coincidiendo con los días más oscuros de la industria. General Motors y Chrysler no tuvieron más remedio que pasar pocos meses después por el taller de la suspensión de pagos, para sobrevivir y poder beneficiarse de la generosa ayuda que le ofrecía el Tío Sam.
Pese a la mejora, General Motors todavía recibe apoyo público
Le devuelven el favor. Esa masa de dinero público se restituyó al contribuyente, vuelven a ganar dinero y recuperan a la vez cuota de mercado. Chrysler, controlada por el grupo italiano Fiat, lideró en 2011 el repunte en EE UU con un incremento del 26% en las ventas. Le siguió Ford Motor, con un incremento del 17%. En el caso de General Motors, vendió un 15% más que en 2010.
El año pasado se vendieron en EE UU un total de 12,8 millones de coches, el mejor registro desde 2008. Para 2012, los expertos del sector auguran más bonanza y un nuevo incremento de las ventas, hasta unos 14 millones de vehículos. El Salón de Detroit será la ocasión para los fabricantes de presentar sus nuevos modelos.
Los organizadores esperan presentar 40 vehículos a los 750.000 visitantes que se esperan en la feria que marca el inicio del calendario de muestras. En esta edición, además, vuelven a los expositores del Cobo Center las marcas japonesas Nissan e Infiniti y la alemana Porsche. Pero a pesar del retorno a la normalidad, la celebración será contenida.
La industria de la automoción espera vender unos 75 millones de coches en todo el mundo, según estimaciones de Ford basadas en un crecimiento económico del 3%, medio punto por encima de lo que calcula el Fondo Monetario Internacional.
Los nubarrones, por tanto, persisten en el horizonte. Y sigue habiendo marcas, como Land Rover y Jaguar, que prefieren estar más presentes en ferias de los mercados emergentes, como India, en lugar de gastar dinero en expositores de uno tan maduro como el estadounidense. Otro reflejo de la evolución y el peso internacional de la industria a la que sirve el Salón de Detroit.
La extravagancia este año, además de contenida, es obligada. El contribuyente de EE UU sigue conservando una participación importante (26%, unos 500 millones de acciones) en el capital de General Motors, el mayor de los fabricantes en Detroit. Títulos que se pagan cerca de 23 dólares por acción (18 euros), siete por debajo del precio en el que se fijó el retorno a Wall Street a final de 2010.
Más fácil lo tiene para volver al parqué en 2012 Chrysler. El más pequeño de los Big Three, se ha convertido ahora en de las marcas más rentables del grupo Fiat. Un retorno sorprendente e inimaginable hace tres años, cuando estuvo al borde la extinción. Ahora, con marcas Jeep, Dodge y Chrysler resucitadas, es capaz de comer el terreno a sus hermanas de Detroit y a los gigantes Toyota y Honda.
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