"Parece un aeropuerto de verdad"

El aeropuerto de Lleida-Alguaire vivió ayer la actividad más intensa desde que se inauguró, hace dos años. Fueron seis los aviones del operador Neilson Thomas Cook que llegaron con esquiadores británicos y ocho los que despegaron, dos de ellos vacíos. En total, sumando los de los vuelos de ida y vuelta a Palma de Mallorca, pasaron por sus instalaciones unos 1.800 pasajeros, una cifra récord que confirma que el futuro más inmediato de esta instalación infrautilizada pasa por los vuelos chárter a la nieve del Pirineo.

El aeropuerto leridano es el único construido y gestionado por la Generalitat. Arrancó hace dos años con vuelos a París, Francfort, Milán, Barcelona y las Baleares, pero en la actualidad solo cuenta con un vuelo semanal, subvencionado, de Air Nostrum a Palma de Mallorca. Otras aerolíneas comerciales, como Ryanair, Vueling y Pyrenair, dejaron de operar en este aeropuerto por baja rentabilidad de los vuelos, a pesar de estar también subvencionados por la Generalitat.

Cada esquiador británico gasta una media diaria de 70 euros

El tráfico de aviones sorprendió ayer a los vecinos de la zona. Todas las aeronaves llegaron con mucho adelanto respecto al horario previsto, algunas incluso con más de media hora. "Esto se parece a un aeropuerto de verdad", le decía a su compañero de mesa un vecino de Alguaire que cada domingo almuerza en la cafetería y se entretiene viendo cómo aterrizan y despegan los aviones de Neilson Thomas Cook, que este invierno tiene previsto llevar a las pistas a 16.500 esquiadores, mayoritariamente a las de Andorra.

De momento, las estaciones de esquí andorranas figuran como destino preferente en los catálogos del principal operador turístico británico y, por tanto, es el país vecino el principal beneficiario del acuerdo con la Generalitat para cinco años, ya que además del importe del paquete turístico, que incluye viaje, alojamiento y forfait (entre 600 y 800 euros), ingresa otras cantidades por los gastos que realizan los turistas cuando termina la jornada de esquí en compras y restaurantes.

Se calcula que cada esquiador británico se gasta una media de 70 euros diarios en Andorra. Un presupuesto que en ocasiones es superado, como en el caso de Patrick Ryan, nacido en Chicago y residente en Londres, quien aseguró que se ha gastado unos 500 euros en extras "sin haber acudido a ningún lugar de ocio nocturno". Eso sí, se mostró orgulloso del cava y el vino catalán que se lleva a casa.

Solo 16 de los 866 pasajeros que llegaron ayer al aeropuerto de Lleida-Alguaire se trasladaron por carretera a Baqueira-Beret, en la Vall d'Aran. El objetivo para esta temporada es que 50 esquiadores elijan la estación aranesa cada semana. "El proceso será lento", advierte uno de los responsables de la compañía, Iain Archer, quien aclara que esquiar en Baqueira-Beret es el 15% más caro que hacerlo en Andorra. Un segundo objetivo, aunque no para esta temporada, es llevar esquiadores a Boí-Taüll.

Jonathan Woodhouse y su esposa adujeron dos buenos motivos para haber elegido Baqueira-Beret, a pesar de no conocer la estación: "Tenemos un buen monitor de esquí y un buen hotel. Eso era lo que buscábamos y lo hemos encontrado aquí a través de una página web".

Thomas Cook empezó a operar en Lleida-Alguaire el pasado 19 de diciembre con dos vuelos procedentes de Manchester y Londres, una frecuencia que ha ido aumentando para llevar a esquiadores de otras ciudades, como Belfast, Bristol y Birmingham. Los aviones llegan casi llenos, con una ocupación del 95 %.

Después de seis días de esquí en Andorra, los turistas británicos regresan satisfechos a sus casas, con alguna crítica al estado de la nieve, demasiado helada, y, sobre todo elogiando las instalaciones del aeropuerto leridano frente a las de la ciudad francesa de Tolouse, que solían utilizar antes como plataforma para llegar al Pirineo.