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Crónica:REAL SOCIEDAD 0 - OSASUNA 0 | FÚTBOL | 18ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La tarde feliz de Andrés Fernández

El portero de Osasuna salva el empate frente a una Real que brilló solo medio tiempo

Sería por la neblina, que emborronó Anoeta, o por la lluvia pertinaz, que pegaba las pestañas. Sería porque no era el día de la Real Sociedad o porque Andrés Fernández sí lo tenía, como si jugara con gafas antilluvia y gadchetobrazos en vez de extremidades humanas. O porque la Real tenía correa para medio partido y el otro medio se le hizo eterno en los músculos y la cabeza. Sería por todo eso que la Real y Osasuna sumaron su quinto partido consecutivo sin perder, aunque al equipo navarro le dejó un gusto a trufa italiana en los labios y al guipuzcoano se le fue la mano con el vinagre en la boca.

La Real se enganchó al poderío de Elustondo para meter velocidad al partido y al trabajo de Agirretxe para sacar de quicio a la defensa. Y así fueron cayendo ocasiones, de Zurutuza, en centro-chut; de Vela, en libre directo; de Griezmann, tras un jugadón de Vela; de Agirretxe, en fuera de juego... En todas ellas anduvo Andrés Fernández de por medio, volando de poste a poste, estirando brazos y piernas, poniendo la cara si era preciso, minando la moral de los delanteros blanquiazules, que, poco a poco, interiorizaban que aquel muro se antojaba imposible de salvar.

REAL SOCIEDAD 0 - OSASUNA 0

Real Sociedad: Bravo; Estrada. Demidov, Bergara, Cadamuro; Elustondo, Aranburu; Vela (Ifrán, m. 78), Zurutuza, Griezmann; y Agirretxe (Xabi Prieto, m. 65). No utilizados: Zubikarai; Ansotegi, Mariga, De la Bella y Rubén Pardo.

Osasuna: Andrés; Damià, Sergio, Flaño, Satrústegui (Betrá, m. 72); Puñal, Nekounam, Timor (Lolo, m. 87); Lamah, Nino e Ibra (Annunziata, m. 60). No utilizados: Riesgo; Lekic, Calleja y Cejudo.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes. Amonestó a Puñal y Satrústegui.

25.769 espectadores en Anoeta.

Osasuna también se colgó de su muro particular. Un poquito de Timor y un mucho de Sergio en el juego aéreo (le costó, seguro, una dosis fuerte de ibuprofeno) le anudaban al partido, que, sin embargo, dominó en el tramo final, cuando la Real, aburrida y agotada, cedió terreno y se confió a los goles in extremis que le han acompañado esta temporada en los momentos difíciles.

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