Nadal es un enigma
Monfils tumba en Doha al tenista español, en pleno cambio de juego
Rafael Nadal ya piensa en el Abierto de Australia (desde el día 16): el francés Gael Monfils le batió por 6-3 y 6-4 en las semifinales de Doha, en las que el suizo Roger Federer, con problemas en la espalda, no compareció ante el también francés Jo-Wilfried Tsonga. El español lleva sin ganar un torneo sobre cemento desde el otoño de 2010 (Tokio). Perdida la ocasión de Catar, tiene razones, sin embargo, para el optimismo. Viajó a la primera cita del año dolorido en un hombro y preguntándose cómo se adaptaría a una raqueta más pesada. Pero el físico parece no haberle dado problemas y ha ganado picante en los tiros, aunque también ha perdido fiabilidad: más de 20 errores no forzados contra Monfils.
Queda por ver si Nadal persevera en esa apuesta cuando llegue a Melbourne o si vuelve a marchar por caminos transitados. En Doha se atrevió a inesperados cambios de orientación, incluyendo el poco habitual revés paralelo, y hasta dominó con la versión cruzada de ese golpe, que lanzó con la virulencia de los gigantes. Así remató algunos peloteos y abrió la pista para cerrarlos con su derecha, más afilada. Compitió con el convencimiento del que necesita cambiar para seguir donde está. Estuvo, en consecuencia, irregular porque la partitura es nueva y aún hay que aprendérsela. Contra Monfils, cedido ya el primer set, desaprovechó un punto para ponerse 4-0 y saque, otro para el 5-3 y saque y se quedó a dos del 5-1 y saque.
Nadal se enfrentará ahora a un dilema en Australia: competir como siempre o arriesgarse a jugar como nunca.
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