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Crítica:LIBROS | ENSAYO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Asalto a la República. Los diarios robados del presidente de la Segunda República. Enero-Abril de 1936

Ensayo. Los diarios de los testigos directos de los acontecimientos históricos suelen ser fuentes muy útiles para el análisis del pasado. Hay que evaluarlos por lo que dicen, por quién lo dice, por las pruebas que proporcionan, y no por los juicios que otros hacen décadas después sobre los hechos y personajes que en ellos aparecen. Una cosa es dar a conocer las anotaciones que Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la Segunda República, escribió a diario entre el 1 de enero de 1936 y el 8 de abril del mismo año; y otra, añadir 434 notas a un texto de 358 páginas, en las que el autor a cargo de la edición explica y comenta lo que arbitrariamente quiere, califica o descalifica a los personajes que Alcalá-Zamora nombra y, como un mal detective, aporta las pruebas que le interesan y falsea u oculta las que no sirven a sus intereses.

Asalto a la República. Los diarios robados del presidente de la Segunda República. Enero-Abril de 1936

Niceto Alcalá-Zamora

Edición de Jorge Fernández-Coppel

La Esfera de los Libros. Madrid, 2011

465 páginas. 29,62 euros

El 7 de enero de 1936, Alcalá-Zamora firmó el decreto de la disolución de las Cortes, dominadas por la CEDA y el Partido Radical, y encargó a Manuel Portela Valladares la tarea de organizar nuevas elecciones que decidieran el rumbo de la República. Tres meses después, el 7 de abril, fue destituido con el voto a favor de 238 diputados de la izquierda y la abstención de la derecha. Sobre ese periodo de tres meses, y no sobre el anterior o el posterior, escribió Alcalá-Zamora las anotaciones diarias que ahora se publican. Por diferentes razones, ni la CEDA ni la izquierda querían que Alcalá-Zamora siguiera en la presidencia de la República y ese proceso de destitución, "golpe de Estado parlamentario" lo denominó él, marca la referencia ineludible de sus diarios. La crisis, según todos los especialistas, debilitó al Gobierno de republicanos de izquierda y allanó el camino de la conspiración militar.

El hilo argumental de las anotaciones del presidente de la República está muy claro: él representaba el centro moderador entre los extremos, garantía del orden, defensa de "la nación, el régimen, la autoridad y la ley, abandonadas al peligro por el Gobierno" de Manuel Azaña (anotación del 30 de marzo). En realidad, Alcalá-Zamora había intentado armar un partido de centro para las elecciones de febrero de 1936, utilizando los mecanismos del poder presidencial, tras los escándalos por corrupción que desacreditaron a Alejandro Lerroux y al Partido Radical, y las urnas habían dictado su fracaso. El hundimiento del Partido Radical dejó a la República sin centro político y Alcalá-Zamora trata de mostrar que España quedó dominada a partir de ese momento por dos tendencias extremas que la llevaban inevitablemente a una guerra civil.

Los testigos de los acontecimientos históricos ven cosas diferentes sobre los mismos hechos y los recuerdan de formas distintas. Bastantes políticos escribieron sus impresiones y memorias sobre aquellos años y los historiadores nos aproximamos a ellas críticamente, situándolas en el contexto histórico en el que fueron escritas y examinando sus enfoques e intenciones. Constituyen una materia básica para nuestro relato y estos diarios, dada la relevancia del autor, no son una excepción. Pero ¿descubren cosas que no supiéramos, con información desconocida? No, pese al uso político que algunos ya están haciendo de ellos. Lo que importa, en cualquier caso, es leerlos como fuente histórica. El resto, desde el título elegido para publicarlos a la última nota del editor, es pura manipulación.

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