China lanza una 'cruzada' contra la influencia occidental
Pekín elimina programas en 34 canales para promover los "valores socialistas"
El Gobierno chino tiene en marcha una cruzada cultural. Las 34 cadenas de televisión por satélite del país asiático han recortado más de dos tercios el número de programas de entretenimiento en las horas de máxima audiencia, como consecuencia de las órdenes dictadas en octubre por las autoridades para reducir los programas de "mal gusto" y "excesivo entretenimiento". Las emisiones se habían convertido en una ventana por la que se colaban en los hogares, en horario estelar, historias que exponían las crecientes desigualdades sociales, el materialismo, la corrupción, la infelicidad y otros problemas que los líderes de Pekín prefieren que no lleguen a la pequeña pantalla, ya que revelan las contradicciones existentes y merman el mantra oficial de promoción de "una sociedad armoniosa".
El régimen censura incluso exposiciones de otros países que viajan a China
El número de programas de ocio, incluidos aquellos en los que los participantes buscan pareja, los de juegos y los que relatan "historias emotivas", entre otros -emitidos entre las 19.30 y las 20.30- ha sido reducido a 38 semanales desde el 1 de enero, frente a 126 a finales del año pasado, según aseguró ayer la agencia oficial Xinhua, que cita a la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión (SARFT, en sus siglas en inglés).
"Los canales satélite han comenzado a emitir programas que promueven las virtudes tradicionales y los valores socialistas claves", señala la SARFT. El organismo regulador "cree que la decisión de recortar la programación de entretenimiento es crucial para mejorar los servicios culturales de la población". Las cadenas tendrán que aumentar el número de noticiarios. Deberán tener al menos dos de 30 minutos entre las 18.00 y las 23.30.
El Gobierno lucha desde hace tiempo para impulsar lo que considera un ambiente cultural saludable, en contraste con los programas de televisión y películas más atrevidos de Hong Kong, Taiwán y Occidente, que circulan ampliamente en Internet y DVD piratas.
Durante la última década, Pekín ha instado a los medios de comunicación estatales a que sean más competitivos y menos dependientes de la financiación pública, lo que ha generado un periodismo más crítico y emisiones más subidas de tono, con objeto de ganar lectores y audiencia. Pero esta tendencia, sumada al auge de los microblogs (servicios de mensajes cortos en Internet), ha minado los esfuerzos de las autoridades para controlar la opinión pública. Ahora quieren ponerle freno. Recientemente, anunciaron más controles en los microblogs, como la obligación para los usuarios de registrarse con el nombre real. A ello se ha sumado la criba en la programación televisiva.
Con el recorte de las emisiones de entretenimiento, Pekín seguramente quiera evitar que se repitan casos polémicos como el de un programa de citas -Si eres tú- en el que una chica dijo que prefería llorar en un BMW a reír en una bicicleta cuando un joven le ofreció darle un paseo en su vehículo de dos ruedas. O el de la serie Casa de caracol, sobre una pareja urbana que quiere comprar un apartamento, en uno de cuyos episodios un funcionario del Partido Comunista Chino (PCCh) ofrece dinero a una joven para que ayude a su hermana a pagar la entrada de una vivienda y más tarde la joven se convierte en su querida. El programa fue uno de los más populares en China en 2009.
El anuncio de la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión coincide con la advertencia lanzada esta semana por el presidente chino, Hu Jintao, contra la perniciosa influencia cultural extranjera. "Fuerzas internacionales están intentando occidentalizarnos y dividirnos por medio de la ideología y la cultura", ha afirmado Hu en un artículo en Qiushi, una revista de reflexión del PCCh.
El año pasado, las autoridades dijeron que cancelarían una cadena de televisión en el norte de China por emitir programas irrespetuosos con un padre anciano y exagerar un conflicto familiar. Super chico, un concurso para cantantes similar al estadounidense American Idol, recibió orden en 2007 de mostrar únicamente "canciones sanas y que inspiren la ética", evitar "los cotilleos" y no mostrar escenas de "mal gusto" de aficionados gritando o concursantes llorosos por haber perdido.
China es el país con mayor número de espectadores televisivos del mundo: se estima que el 95% de sus 1.300 millones de habitantes tiene acceso al medio. En el país asiático hay unos 500 millones de televisores.
Pekín censura habitualmente películas, canciones, conciertos e incluso las exposiciones de otros países que viajan a China. A pesar de ello, muchos jóvenes chinos son apasionados seguidores de cantantes, bandas de rock y cine extranjeros, y algunos programas de televisión estadounidenses tienen numerosos aficionados, aunque nunca han sido emitidos en las televisiones chinas. Gran parte de los jóvenes ha dado simplemente la espalda a la televisión para volcarse en Internet.
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