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Reportaje:

El renacimiento de San Telmo

El museo donostiarra cerró el año de su reapertura con 133.000 visitantes - El centro se ha convertido en un referente de la capital guipuzcoana

El Museo San Telmo de San Sebastián cumple nueve meses de su segunda vida. El centro, cerrado hasta finales del pasado marzo tras siete años de remodelación, ha irrumpido en la ciudad para transformarse en un espacio de referencia. Lo atestiguan las cifras de visitantes: unos 133.000, frente a los 40.000 con los que cerró sus puertas. Y la vertiginosa y abundante actividad cultural programada. "Para nosotros era casi una obligación", apunta Susana Soto, directora del museo, en referencia al polo de atracción cultural en que se ha convertido este antiguo convento del siglo XVI y su ampliación, firmada por el estudio de arquitectos Nieto-Sobejano.

"La valoración general es bastante positiva", prosigue Soto, tras recordar los días de "locura" vividos por su equipo, tanto en los meses previos a la reapertura como en los posteriores, en los que el proyecto cultural del nuevo San Telmo se puso a prueba, para finalmente conseguir lo que parece un sobresaliente.

El centro se ha sumado a las citas culturales mayores de la ciudad
La muestra '6 mil millones de otros' atrajo a más de 65.000 personas

"Abrimos y llegó una época, el verano, en la que los acontecimientos se iban sucediendo uno tras otro, con un montón de actividad y teníamos que estar ahí", rememora la directora. Y es que San Telmo no se ha perdido ninguna de las citas culturales que acogió San Sebastián a lo largo del año. El centro se convirtió en una especie de prolongación del Palacio de Miramar durante los Cursos de Verano de la UPV, acogiendo charlas, conferencias y actividades relacionadas con la oferta universitaria. También se supo hacer un hueco en el Jazzaldia, programando en la iglesia y el claustro algunos de los conciertos del festival, e hizo de anfitrión en la fiesta de apertura del Zinemaldia.

Soto considera que una buena palabra para resumir estos nuevos meses es diversidad. San Telmo ha sido capaz de atraer a "mucho público, pero, sobre todo, lo que destaca ha sido la disparidad de intereses, edades, procedencias..." Basta echar un vistazo a las cifras de asistencia para concluir que han sido buenas. El equipo del centro se marcó como objetivo alcanzar en el primer año de su segunda vida, que se cumple el próximo marzo, 140.000 visitantes, y con nueve meses va por los 133.000. Unos datos además, como subraya Soto, obtenidos pasando de un modelo de museo gratuito a otro en el que hay que pagar por entrar.

La exposición 6 mil millones de otros ha sido la actividad temporal programada que más personas ha atraído (65.388), mientras que Federico Fellini. El circo de las ilusiones, la segunda gran muestra de referencia programado, ha sido vista por 15.544 ciudadanos, y todavía no se ha clausurado. De los 133.000 visitantes totales, 104.000 se han acercado hasta el centro para ver, ya sea la colección permanente o algunas de las exposiciones temporales, mientras que el resto lo han hecho para asistir a alguna de las actividades puntuales programadas, indica la directora.

Soto justifica esta frenética vida, entre otras cosas, por el proyecto que San Telmo se ha comprometido a desarrollar. "No debemos olvidar que somos un museo de sociedad. Viene a ser una obligación. No somos un museo de Bellas Artes, ni de Arqueología, y tenemos que estar implicados con la sociedad en la vivimos". Además, ha puesto en marcha una campaña de captación de socios. A cambio de 15 euros anuales todos aquellos interesados tendrán acceso gratuito al museo y a las exposiciones.

A pesar de lo que se podría considerar un balance positivo, la directora no quiere dejar de remarcar también los retos o "aspectos a mejorar". Soto aclara que todavía quedan por definir y desarrollar algunos matices técnicos. "El edificio es un poco complicado", concede. "Nos hemos dado cuenta de que tenemos que señalar un recorrido para visitarlo. Hay gente que no quiere deambular, sino, seguir un itinerario", apostilla. Además, la responsable de San Telmo busca una mayor definición de la apuesta estratégica del centro e impulsar la investigación propia.

La reapertura de San Telmo ha transformado además la esquina de la Parte Vieja en que se levanta. "En cierto modo hemos conseguido que en lugar de un límite, la plaza Zuloaga sea un sitio de tránsito", señala la directora. "La Parte Vieja es una zona muy visitada, pero quizás carece de referentes culturales. Gros tiene el Kursaal; el centro, el Koldo Mitxelena. Antes, la gente no pasaba; ahora, es un espacio al que se va por algo y eso trae vida", conluye. Y si no, basta con echar cuentas del número de visitantes y, por tanto, la cifra de personas que, por lo menos, se han acercado hasta la plaza Zuloaga para ver cómo la hierba del monte Urgull comienza a crecer por los agujeros de la fachada de la ampliación de San Telmo.

Para este año

- San Telmo arrancará su oferta de 2012 con las dos últimas exposiciones programadas el año pasado. Federico Fellini. El circo de las ilusiones permanecerá en cartel hasta el próximo domingo, mientras que La aventura de la prehistoria en Gipuzkoa, podrá ser visitada hasta el día 15 de enero.

- La programación del presente ejercicio como tal comenzará a finales de febrero con dos exposiciones de pequeño formato, según explica la directora del museo, Susana Soto. Una versará sobre escultura y la otra sobre los lienzos de Sert, los magníficos murales que decoran las paredes de la antigua iglesia.

- A mediados de año, San Telmo acogerá Pantalla global, una coproducción realizada en colaboración con el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Y para finales de año, el museo mostrará una producción propia en torno al euskera.

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