El PSE quiere restituir la proporcionalidad del consejo "en el plazo más breve posible"
Ares garantiza que la entidad contará con todo el respaldo del Gobierno
Todo lo que es beneplácito en las filas peneuvistas y populares tras el desenlace de la formación del Consejo de Administración de Kutxabank, que ambos se han repartido, se torna irritación nada sorda entre los dos excluidos, los socialistas y Bildu.
Para los primeros lo ocurrido es la demostración evidente de una idea que sus principales dirigentes, con el propio lehendakari, Patxi López, a la cabeza, vienen repitiendo en los últimos meses: "las derechas" cada vez están más próximas. "Lo sucedido demuestra que, cuando se trata de intereses económicos y de poder, las derechas se entienden a la perfección", comentaban ayer fuentes socialistas.
Lo que sucede es que si uno de esos polos de la derecha es su gran rival, el PNV, el otro es quien sostiene con sus votos a López desde 2009, el PP. Entre críticas al "insostenible" argumento de la profesionalidad y la asepsia política de los consejeros elegidos, especialmente por el PNV, esas mismas fuentes le reprochaban a su socio de gobierno, que "tan crítico" ha sido con el nacionalismo en otros asuntos, en este haya avalado "la hegemonía injustificada" de los nacionalistas en el consejo.
Bildu va a seguir reclamando tener una "representación real" en el consejo
El PSE tiene claro que va a seguir apoyando un proyecto como el de Kutxabank, del que se siente impulsor. Rodolfo Ares, coordinador del Ejecutivo, recalcaba ayer a Europa Press, buscando un tono institucional, que el banco tendrá "todo el respaldo" del Gabinete, pese a que el consejo no refleje "la realidad institucional y social del país". Pero en el PSE también se tiene claro, según los medios consultados, que el partido va a trabajar para que "en el plazo más breve posible se restituya la proporcionalidad" del órgano de gobierno del nuevo banco.
Una de las opciones para que ello sea posible choca con escollos para los socialistas. Ante la próxima renovación de las asambleas de las tres cajas es Bildu quien tiene mucho más que ganar, dados los resultados de las elecciones de mayo, y para aprobar la nueva ley de Cajas el Gobierno necesita imperiosamente los votos del PP en el Parlamento. Los populares mantienen hoy por hoy todo su apoyo al texto que ambas partes pactaron en su día, pero es evidente que el distanciamiento entre los dos socios de gobierno va a ir previsiblemente a más, en especial en materia económica y tributaria. Mientras el PNV ve complacido el desaire en que ha quedado el Ejecutivo de López, al igual que su sintonía con el partido que gobierna España y la posición de evidente poder que ha logrado, estando fuera de Ajuria Enea, en la octava entidad del sistema financiero español.
El PP, en una de sus mejores posiciones desde que Antonio Basagoti está a su frente, responde que todo el error ha sido de los socialistas por no haber sabido negociar bien sus cartas y empeñarse en un órdago que no podrían mantener. Al tiempo, repiten en privado que era el PSE el que negociaba bajo cuerda con Bildu. "Desde el principio teníamos claro que queríamos estar en la caja y tener un papel", dicen los populares, y ese principio ha guiado toda su actuación.
Mientras, el juntero vizcaíno de Bildu Asier Vega recalcó ayer que la coalición abertzale seguirá pidiendo una "representación real" en el consejo que, según sostuvo, se les niega por un "juego sucio e intereses políticos y partidistas". Bildu tiene previsto llevar a esta reclamación a "todos los foros en los que esté y los que sean posibles para reivindicar" lo que consideran que les corresponde.
De su lado, el secretario general de EA, Pello Urizar, señaló: "Ya veremos si son capaces de tomar decisiones de calado en estos tres meses antes de que se renueven las asambleas", informa Karim Asry. E ironizó que personas como el exalcalde de Bilbao y exeurodiputado Josu Ortuondo, del PNV, "se ajustan bien al perfil de consejero técnico y no político".
El nuevo banco sale al escaparate
Kutxabank ya está en la calle. Las tres cajas comenzaron ayer a rotular algunas de sus oficinas con la imagen del nuevo banco, un logotipo de líneas modernas. Cada caja seguirá actuando con su actual marca comercial en sus respectivos territorios, a la que sumarán en sus oficinas el de Kutxabank. Fuera de Euskadi lo harán ya con la marca fusionada.
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