"Este es un consejo para cuatro años"

El presidente de BBK, Mario Fernández, pilota la nave de Kutxabank las 24 horas del día. Si la larga noche del miércoles y la madrugada del jueves mantuvo la coordinación de las negociaciones para lograr salvaguardar el objetivo de disponer de un Consejo de Administración sin minorías de bloqueo, como la intentaron garantizarse socialistas y Bildu, y plenamente operativo desde el primer minuto, ayer asumió el protagonismo absoluto de la puesta de largo en público del banco que fusiona a las tres cajas vascas, un proyecto perseguido desde hace más de una década por las principales instituciones de Euskadi.

En el centro de la mesa, el todavía oficialmente aspirante a presidente de Kutxabank ejerció como primer ejecutivo hablando con absoluta solvencia del calendario del banco y de sus objetivos. Bendijo al nuevo Consejo de Administración, copado por el PNV y el PP, criticando a quienes cuestionan la capacidad de los ex cargos públicos para asumir responsabilidades en el banco -de hecho él fue vicelehendakari de 1980 a 1985 con Carlos Garaikoetxea- e hiló fino a la hora marcar los objetivos estratégitos, tanto de la entidad en general como de su cartera industrial en particular.

Iturbe y Zapatero apenas tomaron la palabra en la rueda de prensa

Fernández eligió para Cajasur un consejo plagado de profesionales

Kutxabank estará "expectante" ante cualquier opción de crecer

La entidad abre la puerta a las desinversiones industriales

Pero sobre todo, acompañado por sus homólogos de Kutxa, Xabier Iturbe y Vital, Carlos Zapatero, quienes apenas tomaron la palabra en la rueda de prensa en Bilbao, quiso zanjar la fuerte polémica abierta por la exclusión del PSE, el partido del Gobierno vasco, y de Bildu del máximo órgano de la entidad.

Ante las duras críticas recibidas de que se trata de un consejo político y temporal hasta la renovación de las asambleas de las entidades y la aprobación de la nueva ley de Cajas, Mario Fernández enfatizó que "el consejo no nace con vocación de interinidad, sino todo lo contrario". Es decir, llega para quedarse y gestionar la entidad durante todos y cada uno de los cuatro años que establece la Ley de Sociedades Anónimas. Entonces precisó que, si se produce algún cambio, será en cumplimiento de la ley, pero especificó que "la ley de Cajas afectará a las cajas. Esto es un banco" y se debe a la ley de Sociedades.

Era su manera de explicar, sin precisarlo, que la previsión de renovación de las asambleas de las tres cajas, allá por marzo o mayo, en función de si se renueva por la nueva o por la actual ley, y la invitación del PNV a que PSE y Bildu entren en el consejo "mejor antes que tarde", no va a suponer salidas de los actuales miembros, sino como mucho, ampliar los 15 miembros actuales a 20, el número con que los cuatro grandes partidos comenzaron a negociar.

Frente a las críticas de socialistas y Bildu que atribuyen al máximo órgano del banco una escasa representatividad social y a muchos de sus consejeros un claro perfil político, Fernández defendió a estos y les otorgó una estabilidad y una profesionalidad más allá de dudas. "Resulta estúpido descalificar el perfil político porque la actividad política es tan lícita como la de ser registrador de la propiedad o bombero", argumentó. Los tres presidentes mantuvieron su primer cara a cara con los 15 nuevos consejeros ayer mismo, y ya el lunes celebrarán el primer Consejo de Administración.

Al menos cuatro de los 10 consejeros propuestos por el PNV son ex cargos públicos de este partido, uno de ellos con tan clara carga política como el exalcalde de Bilbao y exeurodiputado Josu Ortuondo.

Hay una clara diferencia entre el consejo que le han hecho PNV y PP, en coordinación con el propio Fernández, y el que él mismo confeccionó para Cajasur después de que el Banco de España adjudicase la entidad cordobesa a la vizcaína. Allí Fernández echó mano de cualificados profesionales del sector como su propio antecesor al frente de BBK, Xabier de Irala; el expresidente del BBVA Seguros, José Carlos Pla Royo; el miembro del comité de dirección del BBVA Ignacio Sánchez-Asiaín, que será el director general de Kutxabank o Juan José Arrieta Sudupe, exdirector de Caja Laboral.

Fernández destacó ayer que se siente muy satisfecho con los 15 consejeros y zanjó: "La política es algo totalmente ajeno. Estamos en un proyecto financiero dirigido por profesionales".

Una vez despejada la variable política, el presidente de BBK indicó que a partir de ahora, los primeros meses y quizás el primer año van a ser de consolidación del nuevo banco. Lo que no quiere decir que no vayan a "estar expectantes" a cualquier oportunidad que pueda surgir en la segunda vuelta de la reordenación del sistema financiero español.

Aunque quiso dejar extremadamente claro que, a día de hoy, "no hay ningún contacto" con ninguna entidad para crecer en tamaño o buscar algún tipo de alianza, aseguró, en línea con la filosofía que ha mantenido hasta ahora que estudiarán y analizarán las opciones que les parezcan interesantes. "Si alguien lanza la carrera antes, tendremos que compatibilizar las dos cosas", dijo, consolidación y crecimiento porque "no nos vamos a quedar fuera del proceso de reordenación".

También fiel a su filosofía, Fernández explicó que Kutxabank, como ya lo han hecho por su cuentas las tres entidades que lo alumbran, no pondrá en ningún caso en riesgo "ni elementos esenciales de aportación y contribución a este país", ni su capital, ni su liquidez.

En relación con la cartera de participaciones industriales de la nueva entidad, señaló que tienen bastante avanzado un estudio sobre la misma, que compatibilizará la consideración de estratégicas de muchas de sus participaciones con las desinversiones que, según dijo, se van a producir a partir de ahora.

La cartera de participaciones industriales de las tres cajas es muy importante, especialmente en el caso de BBK. "Alguna de las desinversiones hay que hacerlas incluso por motivos puramente contables", anunció ayer el presidente Mario Fernández.

Ante la queja de Confebask por la falta de crédito a las empresas, señaló que sería una pésima decisión de gestión y una barbaridad dar una cifra de inversión crediticia. "Dependerá de la demanda que exista y, en este momento, desgraciadamente, la demanda de inversión nueva es un fenómeno tipo ovni", ironizó.

"El 90% son refinanciaciones o ampliaciones de plazo y se están atendiendo sin ningún tipo de problemas", aseguró. Las tres cajas han aprovechado el protocolo de integración para realizar un esfuerzo y dotar más provisiones de las estrictamente necesarias por una "práctica de prudencia".