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Reportaje:Julian Cox | Director del Museo De Young | SAN FRANCISCO

Murales mexicanos y una serpiente de madera

Bastan tres segundos para que el viento de Grand View Park alborote el pelo plateado y la impoluta corbata de Julian Cox. Quizás el director del museo De Young (http://deyoung.famsf.org) haya escogido el parque más alto de la ciudad por nostalgia de su Londres natal: aquí la niebla es una vecina frecuente. Imposible no rendirse a las vistas: al Norte, el Golden Gate y Alcatraz; al Oeste, el Pacífico y la playa.

Para este experto en fotografía, con un fondo de 3.500 imágenes a su cargo, la instantánea perfecta de San Francisco es esta última, Ocean Beach. "Se practica mucho windsurf, que es muy visual. Suelo jugar al rugby allí. Y tiene unas puestas de sol insuperables". Unos ocho kilómetros de arena que, sin embargo, disuaden a los turistas por sus bajas temperaturas (de 9º a 15º centígrados incluso en verano).

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Lo cierto es que gran parte del interés artístico de la ciudad está al aire libre. El último grito, en el parque Presidio (www.nps.gov/prsf), son las sutiles instalaciones orgánicas de Andy Goldsworthy. Al artista inglés, más que la historia del lugar (un fuerte militar español, mexicano y por último estadounidense) le inspiró la del bosque: cómo los cipreses autóctonos han sucumbido a una reforestación con eucaliptos. Así, en uno de los claros levantó Spire (una especie de torre de 30 metros formada por 37 troncos); después vino Wood line, una sinuosa serpiente de madera. No se pierda, en Presidio, el entrañable cementerio de mascotas de los militares, donde yacen, junto a su lápida, el perro Trouble (problema) o la rata Zorah.

En el campus de la Universidad de Stanford impresiona ver de cerca, a ras de suelo, Los Burgueses de Calais, conjunto de seis personajes expresivos. Casi 400 esculturas de Auguste Rodin, la mayor colección fuera de su museo en París, se exponen en el Cantor Center (http://museum.stanford.edu). Las figuras desnudas y retorcidas de la colosal Puerta del infierno, basada en la Divina comedia, le llevaron décadas. Una copia en bronce y otra de El pensador se conservan en el jardín, de entrada libre.

Julian Cox levanta la vista hacia la torre donde trabaja. El Museo De Young, en un edificio de Herzog & De Meuron, con su piel de cobre, se integra en el paisaje. Frente a él, la Academia de Ciencias (www.calacademy.org) de Renzo Piano. Su cubierta-jardín ondulada es un ejemplo de sostenibilidad: la tierra mantiene fresco el interior y recoge la lluvia.

Un paseo por la arquitectura de la bahía debe incluir la Casa Hanna de Frank Lloyd Wright (1936), de geometría hexagonal, sin ángulos rectos, en Palo Alto (abre cuatro días al mes: http:// hannahousetours.stanford.edu). Los terremotos han dejado en pie pocos recuerdos del siglo XIX. Apenas las casas victorianas de Haight Ashbury y el centro de Oakland, con dos cines que son genuina arquitectura americana: el Paramount, de 1931 (su espectacular vestíbulo es de mármol italiano), y el Fox, de 1928, de lujo dorado inspirado en India.

Cuando Julian Cox recibe visitas, siempre les descubre dos lugares. El 49 de la calle Geary: en cada piso, una galería de arte; destacan Fraenkel (www.fraenkelgallery.com) o Robert Koch (www.kochgallery.com), con artistas como Diane Arbus, Ai Weiwei, Rodchenko o Cartier-Bresson. Y en el San Francisco Art Institute (www.sfai.edu; reserva previa), los impresionantes murales de Diego Rivera, del autorreferencial Making a fresco (1931) hasta el alegórico Pan American Unity (1940), de 22 metros de ancho por unos seis de alto.

Edificio del Museo De Young, proyectado por Herzog & De Meuron.
Edificio del Museo De Young, proyectado por Herzog & De Meuron.

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