Moderantismo

Rajoy se estrena con actitudes y nombramientos moderados. No es la hora de los "duros", que han quedado en segundo plano. Hay reconocimientos al Gobierno saliente, invocaciones al diálogo, promesas de consensos, signos de continuidad... Se percibe el propósito de no alarmar y, más aún, de no indignar. Nada de provocar ansiedad. Sin embargo, lo que hacen Rajoy y sus ministros desde que el PP ganó las elecciones no es solo moderación, es moderantismo. La moderación, como el valor a los militares, se les supone a los demócratas. El moderantismo añade un componente de cálculo. Ahora es lo que toca y lo que conviene. En contraste con la acerada oposición al Gobierno de Zapatero, el vuelco moderado suena a tacticismo, y la actitud de ciertos nuevos ministros, antes agresivos, a fiel seguimiento de la consigna. El marianismo en el poder se define como moderado, ¿pero ha sido moderado en la oposición? Una cosa es el talante tranquilo y razonable del líder popular y otra el programa y la forma de gobernar, y aún no sabemos si estos serán tan moderados y atentos solo al interés general como se nos promete. O si será moderado para unas cosas y radical para otras que exige alborotadamente parte del electorado popular y del partido. De momento, la moderación oficial es coherente con los fines de una política de necesarios sacrificios. Contra el miedo, sedación. Aplicable también a la oposición, desprovista de motivación cuando se enfrenta a la nebulosa moderada.