Luz verde al polémico parque eólico de A Groba
Medio Ambiente dice que la reducción del proyecto a la mitad anula su impacto
El parque eólico Albariño I, proyectado en la Serra da Groba, al sur de Pontevedra, ha recibido luz verde de la Consellería de Medio Ambiente, casi cinco años después de que comenzase su tramitación con el bipartito. No obstante, la promotora Eurovento deberá asumir numerosos condicionantes en el proyecto, 11 aerogeneradores -renunció a diez de los 21 previstos-, según la Declaración de Impacto Ambiental dictada el 16 de diciembre por la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental.
El documento declara "ambientalmente viable" un proyecto que desde el principio contó con el rechazo de ecologistas, entidades sociales y vecinales. De hecho, el departamento de Medio Ambiente establece una larga lista de salvaguardas para que las obras y la presencia de los molinos no afecten a humedales, pozas y varias especies animales catalogadas como amenazadas.Con todo, la consellería abre la puerta a que se revisen estas medidas si la empresa alega que ejecutarlas supondría "grandes dificultades tecnológicas" o "modificaciones importantes" en su actividad. Además, la declaración de impacto dictamina que la supresión de la mitad del plan inicial salva las afecciones ambientales más graves. La no implantación de diez molinos "elimina la posible interferencia del parque" con la ampliación de Red Natura -en la que están vetadas este tipo de instalaciones -, recientemente presentada por Medio Rural.
También se anula el impacto visual sobre la costa de Oia y su monasterio cisterciense, aunque nada se dice sobre O Val Miñor: ocho de los aerogeneradores -80 metros de fuste y un diámetro de aspas de 82,4 metros- se situarán sobre la zona del Alto da Groba, que domina la comarca.
Entre las condiciones que, a priori, debe cumplir Eurovento sobresalen las relativas a la protección de los humedales, las pozas y los riachuelos, muy abundantes y en las que habitan algunos anfibios y reptiles que forman parte de los catálogos de especies amenazadas. En ese listado también está el aguilucho pálido, que anida en los matorrales de A Groba. Por ello, la declaración de impacto establece que antes de ejecutar obras se debe comprobar la presencia de parejas reproductoras y, de haberlas, detener cualquier actividad en un perímetro de 500 metros. El documento alude también a un informe de la Dirección Xeral de Turismo que alertaba de una influencia "negativa" sobre el turismo "específico" de la zona, y pedía la "revisión" del proyecto y que se minimice su impacto.
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