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El Banco de España confirma que la economía camina hacia la recesión

La entidad certifica que la actividad "se contrajo" en los últimos meses - Pide reformas "de calado" mientras aumenta la destrucción de empleo

El forense de la economía ha vuelto a examinar al paciente y mueve la cabeza. Empeora. Ningún órgano -construcción, turismo, industria, exportación, consumo privado- parece funcionar como debiera y la fiebre, en forma de desempleo, se extiende de forma alarmante.

El Banco de España, en su Boletín Económico mensual publicado ayer, certifica que la economía española "se contrajo en los últimos meses del ejercicio", con una "marcada debilidad" del consumo privado (las matriculaciones de vehículos y las ventas al por menor muestran caídas interanuales del 7%). Nada parece ir bien. Hasta el turismo, motor económico fundamental, pierde revoluciones y muestra "una moderación del elevado dinamismo mostrado desde mediados del año 2010".

El sector turístico y las exportaciones dan muestras de agotamiento
Solo el sector financiero registra cierta mejoría en diciembre

Tampoco la tabla de salvación de muchas empresas, la exportación, ha sido capaz de mantener el tipo. En octubre, siempre según el Banco de España, se moderaron. Y lo hicieron de forma notable. Las exportaciones -octubre de 2011 sobre octubre de 2010- crecieron un 5,1%, pero el porcentaje es menos de la mitad de la tasa que se registraba en el tercer trimestre. A la sucesión de porcentajes negativos se unen los indicadores de la industria y los servicios, que también apuntan hacia el deterioro en el último trimestre. De la construcción, solo un comentario lapidario: "Ha prolongado su trayectoria contractiva", concluye el examen.

La instantánea del Banco de España corresponde a una economía congelada, que se encamina a la recesión. En este sentido, el Boletín de la autoridad monetaria rubrica el pronóstico realizado esta misma semana por el ministro de Economía, Luis de Guindos, en el sentido de que la economía está mal, ha entrado este trimestre en recesión -los cálculos apuntan a retrocesos del PIB de entre el 0,2% y el 0,35%- y seguirá en el pozo, al menos en el arranque de 2012.

El pasado martes, De Guindos fue rotundo: "La economía española", dijo, "tendrá una recaída en este trimestre y entrará en tasa negativa. Con este perfil de desaceleración llegaremos a 2012, donde tendremos dos primeros trimestres que no serán nada sencillos en cuanto a crecimiento y empleo". Aunque no empleó públicamente la palabra maldita, recesión, nadie dudó de lo que quería expresar el recién nombrado ministro.

La ominosa estadística muestra que el último periodo recesivo se inició en el segundo trimestre del ejercicio 2008 y se prolongó durante un año y medio.

Ahora, la parálisis va acompañada de un fuerte crecimiento del desempleo. "Los datos mensuales más recientes, referidos al mes de noviembre", señala el Banco de España, "apuntan a un aumento del ritmo de destrucción de puestos de trabajo en el cuarto trimestre del año". Consecuencia: un repunte del paro, con tasas de crecimiento interanual que llegan al 7,5% frente al 6,7% calculado en el mes de octubre.

Ante la profundidad del mal y la velocidad a la que se extiende, el Banco de España pide "reformas". Pero con apellido: "reformas de calado". Todo para mejorar la competitividad y el calamitoso estado de un mercado laboral que, en opinión de la autoridad monetaria, presentan "rigideces" que impiden "la asignación eficiente" de los recursos entre empresas y sectores.

Para analizar las causas de esa falta de competitividad que ahoga también el empleo, el estudio de la entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez se ha fijado en la situación de las empresas más grandes y más exportadoras. Conclusión: están mejor que el resto del tejido empresarial porque sus costes laborales unitarios se han comportado mejor en la última década. Con datos que hasta noviembre muestran un incremento medio de las tarifas salariales del 2,5% -una décima menos que la cifra registrada hasta octubre- la entidad aboga por corregir la "falta de flexibilidad" que impide la mejora de la competitividad, así como por "reasignar" recursos de forma "eficiente entre empresas y sectores".

Entre tanto dato negro, una pincelada de optimismo. Sobre la situación de los mercados financieros, el Banco de España asegura que en lo que va de diciembre se ha producido "cierta mejoría" en las condiciones de los mercados españoles, con descensos en las rentabilidades de la deuda pública y en los diferenciales frente a las referencias alemanas. Sin embargo, asegura también el Boletín que las primas de riesgo se mantienen todavía "elevadas".

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