Ultimátum para la gimnasia

Muchos deportistas aseguran que es mucho más estresante el año anterior a los Juegos que la competición en sí. Es ahí donde se juegan la participación, o lo que es lo mismo, tres años de trabajo duro para conseguir un sueño. Los procesos de clasificación son tortuosos y complejos y adoptan una forma distinta según el deporte del que se trate. Hasta 25 diferentes. La mayoría de ellos seguirán abiertos hasta la próxima primavera, pero otros, como el del baloncesto femenino, ya han terminado con resultado fatal para España.

El siguiente ultimátum en el calendario es para la gimnasia. Al completo. El equipo masculino, el femenino y la rítmica, lucharán por las últimas plazas en el preolímpico de Londres entre el 10 y el 18 de enero. La presión es enorme. La gimnasia española ha dado medallas de forma ininterrumpida desde Barcelona 92.

Lo mismo ocurrirá con el taekwondo del 27 al 29 de enero en Rusia. El balonmano masculino tendrá una oportunidad una semana antes, del 15 al 29 de enero, en el Europeo de Serbia. Tiene que ganar o perder la final ante Francia, clasificado ya como campeón mundial, pero si falla, podrá optar a una repesca en primavera (las chicas ya la tienen garantizada gracias al bronce mundialista). Y el waterpolo luchará por una plaza para optar a la criba final en otro Europeo, entre el 16 y el 29 de enero.

Y así hasta mayo del año que viene. El Comité Olímpico Español prevé que la delegación española sea similar a la de Pekín 2008 (286 atletas: 164 hombres y 122 mujeres). Hasta el momento, solo 90 españoles -76 hombres y 14 mujeres- están clasificados, aunque habría que sumarles los atletas -al menos 62 tienen la mínima, pero la selección se hará justo antes de los Juegos- o los nadadores. Muchos de ellos no tienen nombre todavía -fútbol, baloncesto, hockey masculinos- y otros sí, como los nadadores Érika Villaecija y Kiko Hervás o los maratonianos Carles Castillejo y Vanessa Veiga.