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La cárcel niega un permiso al preso más antiguo para Fin de Año

La junta de tratamiento de la cárcel de Albolote (Granada) denegó ayer el permiso extraordinario solicitado por la familia del preso más antiguo de España, Miguel Montes Neiro, para que pase el Fin de Año en casa. La junta estimó, por unanimidad, que el recluso no reunía los requisitos exigidos para obtenerlo, pese a que el Gobierno le haya concedido un indulto. El reglamento solo permite conceder un permiso extraordinario en casos muy concretos como el fallecimiento o enfermedad grave de un familiar directo del preso o el alumbramiento de un hijo, y la situación de Montes Neiro no se ajusta a ninguno de estos condicionantes, según los técnicos.

La familia de Montes Neiro, que ha encadenado condenas desde 1977 pese a no haber cometido delitos de sangre, calificó de "juego macabro" que la junta de tratamiento rechazara la libertad del preso después de que los servicios asistenciales avisaran a su hermana, Encarnación Montes, de una posible puesta en libertad ayer. "Nos están haciendo sufrir, esto es un juego macabro", insistió la hermana del recluso.

El abogado del preso ha pedido a la Audiencia Provincial de Granada que se le aplique la liquidación de las condenas preventivas que acumula después del indulto parcial del Gobierno y tras la sentencia del Tribunal Supremo que ordena dicha liquidación, al aplicar la doctrina constitucional del doble cómputo de la prisión preventiva. La decisión de la Audiencia es clave para que Montes Neiro obtenga finalmente la libertad.

"Está muy deprimido"

La familia informó ayer de que el preso está "muy deprimido" tras conocer que de momento su libertad permanece en el aire pendiente de decisiones judiciales. Sus hermanas e hijas recibieron la noticia "muy decepcionadas". "La decisión la hemos recibido no como un jarro de agua fría, sino como si toda la nieve de Sierra Nevada nos hubiera caído encima", afirmó a Europa Press el abogado Martín Eliseo Rodríguez.

"Miguel está muy mal y se siente como si le hubieran condenado a otros 20 años de prisión porque tenía esa esperanza después del indulto. Está muy nervioso y deprimido", subrayó Rodríguez. La familia acudió ayer a las puertas del penal pero regresó a casa desesperada.

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