El PSOE tacha de "traición" que Rajoy aplace ajustes para favorecer a Arenas

Mariano Rajoy cerró la campaña de las elecciones generales en Sevilla, el pasado 18 de noviembre, con una de las frases tautológicas y ambiguas con la que salteó su carrera a las urnas, pero muy clara en su objetivo final: "Voy a hacer lo que pueda, y si puedo, más de lo que pueda, para que Javier Arenas gane las elecciones autonómicas". Hasta ahora los socialistas habían evitado interpretar el enunciado, que pasó desapercibido entre las mil y una declaraciones inflamadas del periodo electoral.

Pero ayer el PSOE le encontró sentido, después de que el Gobierno dijera que en su reunión del viernes que solo adoptará medidas simbólicas y lanzará un primer mensaje de contención del gasto y austeridad, mientras que los recortes y ajustes más duros se recogerán en los nuevos Presupuestos que quiere aprobar a finales de marzo. Es decir, una vez celebradas las elecciones andaluzas.

Jiménez: "Lo que haya que hacer, hay que hacerlo ahora, no se puede esperar"

El portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, calificó esta estrategia de "traición" y consideró muy grave que el presidente del Gobierno se plantee retrasar medidas para no perjudicar las expectativas de Javier Arenas, temeroso de que algunas de esas decisiones se interprete mal y espante a quienes habían decidido optar por un cambio. "Lo que haya que hacer, hay que hacerlo ahora, porque ni la economía ni los desempleados españoles pueden esperar", agregó Jiménez, quien, no obstante, utilizó siempre el condicional.

Según el socialista, sería un mazazo a los millones de parados que Rajoy no hiciera lo necesario para reactivar la economía y el empleo, pensando en "tapar las debilidades" de Arenas. "No nos extrañaría porque estamos acostumbrados a que el PP mienta a los españoles y anteponga los intereses del partido al interés general de España", dijo. Jiménez se refería a la acusación reiterada que su partido ha hecho a los populares de aliarse con la crisis para derribar el Gobierno de Rodríguez Zapatero, en lugar de apoyarle para luchar contra crisis, como aseguran que harán ellos ahora con Rajoy.

Los socialistas habían calculado que al separar las elecciones generales de las andaluzas -que casi siempre se han celebrado a la vez- se abría un margen a la recuperación, ya que los recortes que tenga que acometer Mariano Rajoy pueden ser un revulsivo en su electorado, de modo que quienes se hayan abstenido u optado por otras fuerzas se lo repiensen en marzo.

La portavoz del PP, Esperanza Oña, volvió la oración por pasiva. "¿No será que al PSOE le interesa que los recortes se anuncien cuanto antes para poder rentabilizarlos?", declaró a Efe. Oña aseguró que Rajoy hará los recortes "que tenga que hacer" y que desde el primer momento el presidente del Gobierno anunció que sería en el Consejo de Ministros de mañana. "Solo es cuestión de que tengan un poco de paciencia", dijo. "El PSOE está deseando que los recortes lleguen como agua de mayo, pero luego los criticará", agregó la dirigente popular, para quien es "inaceptable" que se diga que no se adoptan medidas de austeridad por interés político.

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, negó ayer que las elecciones andaluzas condicionen las actuaciones del Gobierno. "Tenemos un buen candidato que ganará las elecciones porque los andaluces quieren un cambio", aseveró.