"El Príncipe Felipe hubiera desaparecido sin el ERE"

El despido de 114 trabajadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), la mayoría de ellos científicos, era necesario "porque si no el Centro se hubiera caído". Lo dice el consejero de Sanidad Luis Rosado con una certeza que admite poca discusión. Su solemne retórica, sin embargo, no explica porqué prescindir de investigadores es más rentable que gastarse 15 millones en una carrera de fórmula 1. Pero así son las cosas en la Comunidad Valenciana antes de Camps y después de Camps.

Rosado acudió ayer a la presentación de un proyecto que incorporará los datos genómicos en el historial clínico del paciente. Un programa que permitirá aplicar tratamientos personalizados a los enfermos en el sistema público de salud. La Consejería de Sanidad colabora con 300.00 euros en Futur Clinic que se presentó ayer en el CIPF. Un proyecto que permitirá a los médicos de cabecera disponer de los datos sobre la predisposición del paciente a ciertas enfermedades o su tolerancia a los fármacos. La disposición de estos datos, según su impulsor, el doctor Joaquín Dopazo, puede resultar muy útil en las enfermedades genéticas o el cáncer. De hecho, el estudio piloto se ha realizado sobre el cáncer de mama.

El CIPF presenta un proyecto de medicina genómica personalizada

La presentación de Futur Clinic, en el que también se encontraba presente el nuevo director del Centro, Vicente Felipo, y la directora gerente del mismo, Rosa Valenzuela, fue aprovechada por el consejero Rosado para justificar los recientes despidos en el CIPF.

El titular de Sanidad reconoció que las medidas adoptadas como consecuencia de los recortes "no nos ha dejado contentos a ninguno", pero aseguró que su intención es que "a partir de ahora todas las líneas [de investigación] se desarrollen al máximo para que se vuelva a producir un florecimiento del centro". "El objetivo", dijo Rosado, "es potenciar el centro para potenciarlo y llevarlo más allá de donde estamos".