Griñán ofrece a Rajoy dos pactos de Estado sobre empleo y fiscalidad
El presidente de la Junta pide que la imagen de España sea fuerte y de unidad
A tres meses escasos de las elecciones autonómicas, José Antonio Griñán se ha propuesto no perder la iniciativa política frente a un Javier Arenas cada vez más omnipresente y dinámico, arropado además ahora por el enorme paraguas del Gobierno central. En una comparecencia para presentar un balance agridulce del año que termina -en el que destacó la respuesta solidaria de Andalucía a la crisis-, el presidente de la Junta propuso a Mariano Rajoy dos pactos de Estado sobre empleo y fiscalidad.
Ambos pactos se deberían alcanzar en una reunión urgente de la Conferencia de Presidentes Autonómicos, para lo que Griñán envió ayer mismo una carta al jefe del Ejecutivo. Es una idea que ya lanzó a mediados de mes en el Parlamento andaluz para buscar una imagen de unidad, un compromiso de país, que se ha echado en falta en los últimos tiempos. "Nunca he visto que las comunidades autónomas gobernadas por el PP se pusieran al lado del Gobierno de España en la lucha contra la crisis y el desempleo", apostilló para subrayar la diferente actitud de un partido y otro.
El socialista sugirió que el acuerdo para la reactivación de la economía y el empleo debe ir acompasado a la reducción del déficit público; mientras que el pacto de consolidación fiscal es necesario ante el nuevo escenario europeo "para que los ajustes que tengamos que realizar se hagan de manera equitativa, sin que peligren los servicios públicos fundamentales".
En cuanto al modelo de financiación autonómica -el único cambio que ha pedido claramente Arenas al flamante Ejecutivo-, Griñán se limitó a solicitar un "profundo análisis", "sin necesidad de empujar una reforma y abrir una serie de melones que en estos momentos no es conveniente abrir". Aunque recordó también que la Junta mantiene discrepancias por la forma en que se ha aplicado el sistema.
El socialista puso el foco en la necesidad de la unidad y dijo varias veces que su Administración será leal al Gobierno de España. Porque, insistió, lo que prima en estos momentos es el interés del país. Ni siquiera ha incluido en su carta a Rajoy la petición de una reunión bilateral. "Andalucía es una más, que quiere tener su voz con el presidente para que la imagen que dé España sea fuerte y de unidad, es decir, lo que no hemos tenido hasta ahora", dijo.
Eso sí, Griñán dejó claro que las reivindicaciones de Andalucía al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero siguen vigentes con el de Mariano Rajoy. "No voy a pedir menos", señaló. Y agregó: "Lo que no vamos a pedir son muchas de las cosas que pedía Javier Arenas al Gobierno de Zapatero, porque creemos que no son justas".
"La recesión no es inevitable"
"Bienvenidos al discurso de la responsabilidad, aunque no me parece muy ético ni muy estético que se haya empezado a practicar tras las elecciones". Con estas palabras se refirió ayer José Antonio Griñán a lo dicho el lunes por el nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien vaticinó que España entrará en recesión en el primer trimestre de 2012. Según el presidente de la Junta, se trata de un "alarde de realismo" que evidencia que no bastaba, como dijo el PP antes de las elecciones, con la confianza que generaría el cambio de Gobierno para salir de la crisis.
"Supongo que cuando el ministro nos dice que los dos próximos meses no van a ser sencillos en términos de crecimiento y empleo, en su jerga significa que crecerá el paro", señaló. De confirmarse la recaída económica, será la tercera, y puede que no sea la última si no se resuelven los problemas de fondo. "La crisis se ha reavivado porque Alemania ha dejado de crecer. Pero no estoy convencido de que la recesión sea inevitable. Si se resuelve el tema financiero y se hace compatible el calendario de consolidación fiscal con una política de reactivación económica, lo que ha dicho De Guindos puede mejorar", añadió el socialista.
Griñán dijo que el Gobierno cuenta ahora con la certeza de una oposición responsable que no practicará la política de tierra quemada. "Puede que todos vayamos en una misma dirección, una vez que el PP ha dejado de empujar en contra de los intereses generales y ya no tiene intereses electorales, por lo menos a nivel nacional", apostilló.
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