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En busca de una música que escape de las cadenas

Un libro se acerca a diez años de improvisación en Galicia

El saxofonista estadounidense Steve Lacy, uno de los airados músicos de la generación free jazz, definió gráficamente su trabajo con el sonido: "La diferencia entre la composición y la improvisación es que en la composición tienes todo el tiempo que necesites para decidir lo que quieres decir en 15 segundos, mientras que en la improvisación solo tienes 15 segundos". Hablaba en 1968. Su aforismo aún sirve para explicar la música que pelea por escapar de las predeterminaciones y substraerse a la lógica de los lenguajes. La misma que, en Galicia y con orígenes en 1999, investiga la Orquestra de Música Espontánea de Galicia, Omega, bajo el rótulo de "improvisación libre".

De Parto a Omega. 10 anos de improvisación libre recoge esta historia. Uno de sus coordinadores, Patxi Valera, lo describe como "libro póstumo" de la Sala Nasa de Santiago, en cuya colección Ultratextos ve la luz. Lo componen colaboraciones del propio Valera, de Marcos Lorenzo, Llorenç Barber, Chema Chacón y Wade Matthews. "Siempre grabamos nuestras sesiones en la Nasa [trae DVD]", señala quien también participa en Omega, "y añadimos reflexiones teóricas sobre la improvisación". Xesús Ron, director del clausurado local compostelano, impulsó la idea del volumen. "Para él es importante documentar lo que se hacía en la Nasa, dejar constancia", expone.

"Valoramos la importancia del juego" en la creación, dice Valera

"Valoramos al máximo la importancia del juego", escribe, en su contribución a De Parto a Omega, Valera, "y gozar del aspecto lúdico de la improvisación como algo sin finalidad específica, excepto el propio goce del momento". Con ese mandato se organizaron en diferentes células músicos y ensayistas sonoros, entre ellos Pablo Rega y Luís Alberto Legido. Parto se llamó el primer intento. A partir de entonces, el caos: dúos contingentes, formaciones estables, acciones efímeras, grupos guerrilla, asociaciones temporales, el Centro de Novas Tecnoloxías do Pico Sacro. Y la Orquestra Omega.

Omega son una veintena de artistas destemidos, en funcionamiento desde 2007 y "comprometidos con la conducción [musical] guiada por señales corporales". "No tenía vocación de ir más allá del primer concierto, pero la experiencia fue positiva para todos", relata Valera. Desde entonces, un ensayo semanal -"casi religioso"- y las Sesións Vibracionais en la Nasa conservaron su vida. "Es un laboratorio, una matriz", aduce, "será difícil hacer bolos, pero Omega seguirá".

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