El Ano da Música se va con discreción
Solo el polémico festival Rock in Way sobrevivirá a la marca creada por la Consellería de Cultura, que ha invertido seis millones en conciertos
El Ano do Libro e a Lectura se consumió sin su retrato de grupo. Nadie en la Consellería de Cultura se paró en diciembre de 2010 a medir cuál había sido el impacto en los sectores y agentes involucrados. Y si alguien lo hizo, desde luego, se reservó sus conclusiones. Al de la música le queda un suspiro. Aunque se declaró oficialmente a finales de marzo, debe terminar con el mes de diciembre. Se va discretamente. Ni demasiado ruido ni una huella clara. Solo el polémico festival Rock in Way sobrevivirá a la marca. La Xunta, sin embargo, asegura haber cumplido sus promesas: 1.000 espectáculos a lo largo de todo el año y una inversión de seis millones de euros.
"El balance es más que digno", tercia el director de la Axencia Galega das Industrias Culturais, Juan Carlos Fasero. "A pesar de que no disponíamos del presupuesto que tenían los gobiernos anteriores, hemos llegado a un número de espectáculos gallegos equivalente al de los mejores años. Tenemos muy poca memoria". Solo en el ciclo Galicia é música, 56 conciertos repartidos por 45 localidades, se consumió 1 millón de euros. Una programación muy similar a la de Vai de Camiño un año antes, matiza Fasero, "pero bastante más barata". Aproximadamente 1,8 millones menos.
Había más cosas en el guión del Ano da Música, y al menos dos se han quedado pendientes. Están en manos de la Asociación Galega de Empresas Musicais (AGEM) y según la Consellaría de Cultura se ejecutarán en el primer trimestre de 2012: la creación de los Premios da Música Galega, inspirados en los Mestre Mateo del audiovisual y los María Casares de las artes escénicas, y la celebración del Festival de Música Activa, en el que los internautas tendrán que decidir a qué causa colectiva se dedican 50.000 euros de la recaudación, en el caso de que se alcance esa cifra.
La cancelación del tercer Sónar Galicia, réplica en miniatura del festival catalán impulsada por el Xacobeo en 2010, ha disparado algunas alarmas entre los empresarios del sector. Se preguntan si habrá o no continuidad para los proyectos financiados por la Consellería de Cultura en los dos últimos años. Los promotores del Sónar esperaban entre 10.000 y 11.000 personas y no contaron más de 8.400 el pasado mes de junio en A Coruña. Han dicho basta. La apuesta a largo plazo que justificaba el apoyo económico de la Xunta -450.000 euros este año- se ha quedado en nada. La responsabilidad del fracaso parece muy poco disputada.
El festival Vigo Transforma, otra creación al calor del Xacobeo, recibió una cantidad similar para su segunda edición, por la que pasaron, dicen las cifras oficiales, unas 20.000 personas. Fasero advierte que habrá que ajustar el presupuesto a la baja el próximo verano, pero apuesta por mantener la convocatoria. Está entre los "festivales básicos" de su departamento junto a Galicia Importa o Sinsal, entre otros, con aportaciones mucho más modestas -50.000 y 25.000 euros respectivamente-, y "nuevas prioridades" como el Marisquiño de Vigo o el Brincadeira de Ordes.
Dejando a un lado el Festival de Música Activa y los premios del sector y la figura de los "embajadores" de la música gallega -Luar na Lubre, Berrogüetto, Mercedes Peón y Xoel López-, la única novedad con respecto al Xacobeo fue el Rock in Way, un festival en el Monte do Gozo. "Sobraba", dice un promotor. Era una producción de Last Tour International y Zircocine, la productora de Luis Tosar y Farruco Castromán, hasta ese momento totalmente ajena a la música en directo. No sentó bien.
A finales de octubre, Fasero reconocía una deuda de 2,4 millones de euros con el sector. AGEM era menos optimista: había elevado el montante de las facturas pendientes a cuatro millones en una carta en la que también reprochaba a la Xunta el escaso impacto del Ano da Música. "Debería haberse convertido en el empujón para consolidar el trabajo de los últimos años", argumentaba.
El director de Agadic insiste en que esa carta fue "un error", pero del otro lado se mantiene una cierta extrañeza. Mientras se recortan partidas pequeñas, la Cidade da Cultura se gasta alrededor de 400.000 euros en el concierto que Björk ofrecerá el próximo 22 de junio. Dos semanas antes cantará en Oporto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.