Como en las motos
Cuando Mariano Rajoy perdió sus primeras elecciones, las del 14 de marzo de 2004, y asumió en público el papel de la derrota, observó que lloraba a su lado Soraya Sáenz de Santamaría. Se dirigió a ella y le dijo:
-Sorayita, no te pongas triste, que esto ha sido muy bonito.
Llevaba poco tiempo trabajando con él, pero el ahora presidente del Gobierno tenía ya una enorme confianza en la que ahora es más que nunca su mano derecha, la que lleva la moto. Como decía el poeta Ángel González de su propia biografía, para construir este dúo ha habido un entrenamiento extremadamente esforzado, pues alrededor ha habido mucho peligro. Como en las motos.
Rajoy la contrató cuando ella era una muchachita de Valladolid, el día del cumpleaños de su madre la entrevistó en Madrid Francisco Villar, que murió hace poco. Soraya empezó a hacerle papeles a su jefe cuando él todavía estaba en el Gobierno de Aznar. Le acompañó en aquella campaña electoral fallida, y ella misma fue la que adelantó el desastre, cuando observó el tenor de la manifestación que se volvió contra Aznar el 12-M: "Chicos, hemos perdido las elecciones".
A ella se le fue yendo la tristeza, se puso a trabajar para levantar el ánimo de su partido (y de Rajoy) y un día de agosto de 2006 mantuvo, ante nosotros, una conversación sobre el esfuerzo, el dolor y el primer plano con su ídolo, el motorista Toni Elías. El deportista tenía 23 años, y la aficionada había cumplido 35. Nada más sentarse, ella le espetó al chico: "Yo llevo la moto hoy. ¿Qué sientes cuando pierdes el control?". A lo largo de la carrera la moto cambia el comportamiento de la moto, concedió Elías: "Pierdes gasolina y los neumáticos se gastan. Y la moto patina más".
En su partido, decía Soraya, el jefe lleva "la moto GP"; ahora le tocaba a ella misma "correr de vez en cuando", pero "él es el que lleva la moto". Elías la había visto. "El que sale en la tele es él. Y tú vas detrás". No hay problema, "él es el que lleva la moto. Es un entrenamiento, una estrategia".
Para él, el miedo era el dolor. Para ella, el miedo era al ridículo, "a la frase equivocada". Elías siente "solidaridad ante el dolor ajeno"; ella siente, decía, lo mismo "cuando alguien de otro partido se equivoca y le entran a degüello, a mí me da mucha pena, no me gusta que destrocen a una persona en esas circunstancias".
Cuando empezaron a hablar, Soraya Sáenz de Santamaría le preguntó a su ídolo por una cuestión de estrategia. ¿Es fácil controlar la moto? Elías: "El problema es cuando vas a 320 o 330 y hay que pararla. Se produce una inercia increíble".
Soraya quiso saber si Toni seguía dándole vueltas a la moto ya en la cama. "Sueñas con los sustos que te pegas".
La ahora vicepresidenta del Gobierno español rió de buena gana, pero llevaba un papel, y tomó notas. -
es
jcruz@elpais.
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