El Pentágono acusa a Manning de traición y de informar al enemigo
La defensa pide 30 años de prisión por filtrar los cables de Wikileaks
El Pentágono presentó ayer, en el último día de la vista judicial preliminar contra Bradley Manning, la línea argumental que le ha llevado a acusar al soldado de alta traición. Según revelaron los abogados del Pentágono, numerosos documentos propagandísticos del grupo terrorista Al Qaeda citan los cables filtrados por Manning a Wikileaks. "En poder de ese y de otros enemigos obra ahora información crucial, que el soldado Manning sustrajo de forma sistemática, aun a sabiendas de que el enemigo emplea Wikileaks para obtener información crítica sobre el Ejército de EE UU", dijo el fiscal, el capitán Ashden Fein.
Ayer, la vista preliminar quedó cerrada. Ahora, el magistrado, el teniente coronel Paul Almanza, deberá decidir si abre formalmente un consejo de guerra, algo que, dadas las pruebas, ocurrirá con toda seguridad. Se ha dado de fecha límite el 16 de enero. Lo importante de la audiencia cerrada ayer es que el Pentágono ha exhibido todas las pruebas en su poder. La mayoría son evidencias técnicas que demuestran que Manning se conectó desde su ordenador a dos redes secretas, SIPRNet y CIDNE, y se descargó de ellas 700.000 documentos clasificados que entregó a Wikileaks.
"Manning traicionó en el frente", dice el fiscal en el cierre de la vista preliminar
"El soldado Manning, como analista de inteligencia, traicionó a sus superiores y a su país, mientras estaba en el campo de batalla", añadió el fiscal Fein. "Traicionó la confianza depositada en él, sustrayendo y difundiendo más de 700.000 cables secretos, mientras estaba destinado a un frente de guerra como es Irak. En su rango, no tenía la facultad de decidir si era pertinente o no revelar información clasificada de EE UU. Le ofreció al enemigo acceso indiscriminado a información secreta. Son acciones muy graves".
Al perfil de Manning, el traidor, la defensa opuso otro Manning: el joven inexperto que quería luchar contra la injusticia. "Los actos de mi cliente son los actos de un joven idealista de 22 años, con grandes convicciones morales, que creía que podía cambiar el mundo, hacer algo de provecho, marcar una diferencia. Creyó en un presidente que decía aquello de 'sí, se puede'
[el lema electoral de Barack Obama en 2008], y que creyó que al hacer cosas que consideraba buenas, obtendría buenas reacciones", dijo el abogado David Coombs.
Coombs pidió que en esta vista oral declararan políticos como Hillary Clinton, jefa de la diplomacia de EE UU. El magistrado Almanza se lo denegó y solo le autorizó dos testigos. Coombs no pudo rebatir -ni siquiera lo intentó- ni una sola de las evidencias técnicas. La actividad de Manning en las redes informáticas de la base Hammer de Irak dejó una huella demasiado intensa. Los investigadores militares incluso recuperaron conversaciones suyas con el propio Julian Assange, en las que hablaba de los documentos que tenía intención de filtrar.
La fiscalía trazó ayer una estrecha línea entre Manning, Assange y Al Qaeda. "Manning le entregó información crucial a Al Qaeda, documentos clasificados que detallan nuestros protocolos en el campo de batalla, o en operaciones tan importantes como el rescate de tropas capturadas", dijo Fein. "Y lo hizo a sabiendas de que Al Qaeda rastrea Wikileaks". El Pentágono mostró un vídeo de As Sahab, la productora audiovisual de Al Qaeda, donde se mencionaban modos de utilizar Wikileaks, y aportó un ejemplar de la revista Inspire, del mismo grupo terrorista, en la que se habla de la utilidad de las filtraciones del portal de Assange.
El abogado Coombs recordó ayer que Manning se siente transexual y que sufrió la discriminación de sus compañeros de filas por ello. Añadió que sus superiores, que sabían de su condición y que presenciaron varias crisis nerviosas, algunas violentas, no hicieron nada para suspenderle cuando estaban a tiempo, antes de destinarle a Irak. La defensa pidió que los 22 cargos presentados contra Manning se reduzcan a tres, y que se elimine la acusación de alta traición. Esos tres cargos, combinados, supondrían una pena máxima de 30 años, frente a la cadena perpetua que, según fuentes del Pentágono, pedirá la fiscalía militar.
"La pena máxima que debería imponerse a mi cliente es la de 30 años. Esa cifra, 30 años, podría resultar confusa", dijo Coombs. "Pero hace 30 años Ronald Reagan comenzaba su primer año como presidente. Hace 30 años, EE UU ayudaba a Sadam Husein en su guerra contra Irán. Hace 30 años la URSS comenzaba el primero de nueve años de invasión de Afganistán. Así es, 30 años son más que suficientes. Hace 30 años mi cliente ni siquiera había nacido".
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