El precio de 10 años de infidelidades

Fueron 10 años largos de silencios e infidelidades en el matrimonio de Kobe y Vanessa Bryant. Silencios por parte de Vanessa, de 29 años y madre de las dos hijas de la pareja, Natalia, de ocho, y Gianna, de cinco, e infidelidades por parte del genio del equipo de baloncesto de Los Ángeles Lakers, de 33 años. El jugador puede añadir a su lista de canastas sus continuos devaneos y las acusaciones de violación en las que se vio involucrado en 2003 por parte de una joven que trabajaba como conserje en un hotel de Colorado (EE UU). El fin de año marca también el final de esta relación. La pareja presentó el viernes los papeles de divorcio en los tribunales de Orange County (EE UU) y están a la espera de una resolución.

En los papeles se argumentan "diferencias irreconciliables"

El que no exista un acuerdo prenupcial y que, según las leyes californianas, cumplidos los 10 años de casados -que ya han pasado- la esposa tiene derecho a la mitad de la fortuna de su marido, pueden ser otros factores determinantes en el desenlace de esta historia. La abogada Laura Wasser representa a Vanessa como hizo con otros divorcios millonarios, entre los que destacan los de Britney Spears, Angelina Jolie o Maria Shriver.

En la petición legal ambos solicitan la custodia compartida de las niñas y Vanessa pide el pago de los gastos de manutención, extremo que Kobe acepta. Eso al margen de esa mitad de la fortuna del baloncestista de oro que le corresponde y del anillo valorado en cuatro millones de dólares (unos tres millones de euros) que Kobe le regaló a su esposa tras ser acusado de violación.

Vanessa realizó la petición de divorcio el 1 de diciembre y Kobe firmó una semana más tarde, aunque la solicitud no se ha hecho pública hasta este fin de semana. Una decisión que ha pillado por sorpresa hasta a sus propios compañeros de equipo, como demostró la cara de asombro de Pau Gasol cuando ese mismo día le preguntaron por el divorcio de Bryant. "No tenía ni idea", añadió la estrella española con un exagerado gesto de sorpresa.

Exagerado porque con la trayectoria de Bryant es un divorciomás que anunciado. Unos días antes, la actriz Sanaa Lathan bailaba con el deportista de manera muy sugerente en un concierto de Jay-Z y Kanye West.

En los papeles se argumentan "diferencias irreconciliables" para disolver el matrimonio. En círculos cercanos a la pareja se habla del agotamiento vital de Vanessa, cansada de las infidelidades constantes de su marido, que incluso bromeaba con sus amigos con las excusas que le daba a su esposa.

Para saber más detalles habrá que esperar a enero: el único comunicado público del matrimonio afirma que "todo lo relativo al divorcio se resolverá en privado".