Mil pequeños grandes milagros

Hace tan solo unos años había niños enfermos que se enfrentaban a un futuro incierto. Pero ahora, gracias a los trasplantes de órganos, muchos pueden llevar una vida casi normal. Corría 1985 cuando se realizó el primer trasplante pediátrico en el hospital Universitario La Paz de Madrid. Esta semana la institución ha celebrado una jornada de conmemoración por los 1.000 trasplantes pediátricos que se han realizado.

Padres y pacientes, algunos ya mayores, han contado sus historias y han dado las gracias a los médicos, cirujanos, enfermeros, donantes vivos y a las familias de los donantes del cuerpo fallecido. "Ángeles de la vida", les ha llamado a todos ellos un padre reconociendo su "agradecimiento". El jefe del equipo de coordinación de trasplantes, Santiago Yus, admitió que se le "cayó una lágrima al escuchar las experiencias".

La primera operación multivisceral se realizó en 2003

"En este terreno, el mundo nos mira a nosotros", dice Antonio Burgueño

El primer trasplante que se realizó en La Paz fue de riñón. En 1986 se hizo el primer trasplante de hígado, en 1994 el primero de corazón, y en 2003 el primer trasplante multivisceral, el más complicado, hasta el punto de que solo se realiza en 20 centros de todo el mundo. En La Paz se han llevado a cabo hasta el momento 21, el 5% del total global.

Desde el punto de vista de los profesionales del hospital el objetivo fundamental que persiguen es la "buena calidad de vida de los niños", según explica Paloma Jara, una de las coordinadoras del programa de trasplante hepático infantil. Y calidad de vida es lo que irradia Adrián Rodríguez, de 11 años. El corazón que recibió con un año le ha dado la fuerza para llegar a campeón en los mundiales que se celebran para deportistas trasplantados.

El lema del programa de trasplantes de órganos sólidos dice: "Es tarea de todos hacerlo posible". El jefe del servicio de cirugía pediátrica, Manuel López Santamaría, explica que lo importante es el equipo entero. "Si se destina el mejor cirujano del mundo a un mal hospital, los resultados serán malos", precisa. ¿Cuántas personas están involucradas? "Muchísimas", dice López Santamaría. "Cirujanos, médicos, anestesistas, enfermeros, pero también personal de los laboratorios para hacer análisis en tiempo real, de los bancos de sangre... y un largo etcétera".

Diego Gil, un paciente de 15 años, lleva unas tres semanas con un riñón de su padre, José Antonio. El hecho de que fueran operados simultáneamente sirvió de inspiración para hacer el dibujo Mi padre y yo en quirófano, que ganó el concurso para la jornada de los 1.000 trasplantes.

Diego había recibido dos trasplantes anteriormente. Pero fallaron. Una nueva operación no pareció asustarle: "Más que por mí, estaba mucho más preocupado por lo que le podría pasar a mi padre cuanto le quitaran el riñón", cuenta detrás de la mascarilla que lleva para prevenir infecciones. Muestra optimismo, "todo va muy bien" y muy buen aspecto. Eso sí, nota que el riñón es de un adulto. "Es grande, y pesa dentro", cuenta. Mientras, su padre espera, "con suerte, recibir el alta la semana que viene".

Todos los profesionales destacan la importancia de la experiencia ganada a lo largo de los 26 años de trasplantes. El nivel alcanzado en La Paz está reflejado en la estadística. Los datos de supervivencia son iguales -y en muchos casos mejores- que los que arrojan los centros más prestigiosos de Reino Unido, Francia o Estados Unidos.

"En el terreno de los trasplantes es el mundo el que nos mira a nosotros", destaca Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid. Asegura que España no tiene que envidiar a ningún otro país. En los trasplantes hepáticos, por ejemplo, el hospital La Paz ha conseguido una supervivencia de un 90% a los 12 años de realizarse la operación. Burgueño insiste en la importancia de seguir invirtiendo en la investigación. "Si por unos recortes dejamos de investigar, si paráramos nuestra habilidad para avanzar, sería una estupidez". El director de Hospitales confía en que "el Gobierno de Madrid sepa que no puede permitir dejar de invertir en investigación".

En los próximos 1.000 trasplantes que se realicen habrá alguno de pulmón, un órgano del que aún no se ha realizado este tipo de intervención en el hospital madrileño. "Recibimos la acreditación este año para realizarlo y tenemos un paciente que lo necesita", cuenta Francisco Cobas, subdirector gerente del hospital materno-infantil.

¿Y otros retos? "Por supuesto, llegar a una supervivencia del 100%", precisa Cobas, "que el hospital no pierda ni un paciente". Julio Bogeat, de 35 años, ha logrado el objetivo que persiguen todos los trasplantes de órganos: vivir una vida lo más normal posible. Con 10 años recibió un riñón en este hospital de La Paz. Y hoy, además de ser psicólogo profesional, es padre de Hugo, un niño de 14 meses.