Esperando a los Reyes

La previsión del juicio por cohecho impropio, que tiene a Francisco Camps sentado en el banquillo desde el día 12, fijó para el viernes 23 el final de las sesiones. Sin embargo, la lentitud del proceso ha provocado que los nueve ciudadanos que componen el tribunal popular, los encargados de determinar si es culpable o inocente, se preparen para pasar todas las fiestas de Navidad en el Palacio de Justicia de Valencia, sede del Tribunal Superior valenciano, en el que se celebra el juicio ya que tanto Camps como el otro acusado, el exsecretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, siguen siendo diputados autonómicos y, por lo tanto, aforados.

El notable retraso que arrastra la vista oral se debe a los interminables interrogatorios a los testigos. Así, el calendario se ha rehecho y ya marca que la fase de pruebas se prolongará hasta entrado el año 2012; aproximadamente, hasta el día 3. Después llegarán los días en los que los miembros del jurado escucharán más grabaciones, verán más documentos y, después, oirán los informes de las partes (dos acusaciones y dos defensas), y se encerrarán, con el objeto del veredicto para deliberar.

La semana que comienza se anticipa también como relevante. Quedan por declarar empleados de las tiendas en las que se realizaban encargos de las prendas. No solo de Milano, sino también de Forever Young, en la que Camps asegura haber pagado en metálico más de 3.000 euros que llevaba en el bolsillo. Y tampoco pidió tique.

La previsión es que el miércoles declare Eduardo Hinojosa, el administrador de este último establecimiento, Forever Young, que exculpó al expresidente en la fase de instrucción y negó que su nombre figurara en ningún listado de encargos o clientes. Y el jueves, el sastre, José Tomás, que aseguró que Camps no pagó "ni una peseta" del importe de las prendas que adquirió.