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Reportaje:

Gipuzkoa, el camino a seguir

Bildu exhibe su acuerdo entre diferentes en Diputación para acallar el miedo de su llegada al poder - "Ya se asume que hemos venido para quedarnos"

"Lo de esta semana en Gipuzkoa es para no olvidar". En el grupo de Bildu de las Juntas Generales de Gipuzkoa se pudo escuchar este comentario durante uno de los recesos de la comisión de Hacienda y Finanzas, epicentro durante varios días de la nueva realidad política de este territorio: la coalición abertzale ha sacado adelante los presupuestos forales 2012 con el visto bueno del PNV y el viernes oficializaba la nueva reforma fiscal con el PSE de socio.

Sin embargo, a nivel oficial, se traslada un mensaje menos eufórico. De hecho, desde la izquierda abertzale se entiende este doble triunfo en el Parlamento foral como un "acto de responsabilidad" y, sobre todo, se elude cualquier éxito personal en su consecución. "Mucha gente no se lo hubiera creído cuando nos recibieron con avisos catastróficos, pero nosotros hemos respondido con responsabilidad y con capacidad de llegar a acuerdos en nuestras políticas", admiten desde la coalición soberanista.

Instalados en este escenario, desde Bildu no se desaprovecha la ocasión de recordar que "desde distintos sectores" en donde fueron recibidos con un indisimulado temor, y entre los que citan con especial énfasis "a los empresarios", se está viendo que "somos capaces de llegar a acuerdos con los demás y que los más críticos cuando llegamos ya asumen que hemos venido para quedarnos", dice.

Desde su creación, Bildu ha considerado Gipuzkoa, su principal dominio, como un "laboratorio" permanente para su ensayo político. De momento, seis meses después de su llegada al poder en las principales instituciones de este territorio, aseguran que "hemos demostrado que somos capaces de negociar, que tenemos capacidad para gestionar y que esa lectura que hace el PNV de que solo sabemos hablar de independencia se la hemos afeado", añaden desde la coalición.

Bildu asume, con el gesto contenido, eso sí, a pesar del éxito político que entraña, que la aprobación de los presupuestos para 2012 le aportará "tranquilidad", porque lleva implícito el apoyo del principal partido de la oposición, paradójicamente su principal rival en las urnas y a quien descalificó abiertamente por su gestión en el anterior Gobierno foral. Con todo, el equipo de Martin Garitano lamenta, eso sí, "la limitación económica" que representa haber asumido el poder en "este tiempo de crisis y de menos recursos", pero que, según auguran, "no nos va a impedir hacer una política nueva, más en contacto con las necesidades de la calle y con perspectiva de futuro".

En su análisis interno, la coalición reconoce que ha transcurrido "poco tiempo" para que pueda analizarse con mayor profundidad la gestión en las instituciones que gobiernan y a la que se han incorporado, dicen, "muchos cargos sin experiencia alguna, porque la izquierda abertzale no hemos podido participar". En su recorrido, los partidos unidos al bloque de independientes asumen que "hay colaboración y no nos hemos tenido que tragar sapos", dice uno de sus miembros. Y a modo de ejemplo, lejos ya del laboratorio guipuzcoano, cita la gestión que Bildu viene realizando en el Ayuntamiento de Vitoria, donde "los nuevos tienen en cuenta la experiencia de otros dentro del grupo municipal".

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