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Problemas del Consell para pagar 1.572 millones de bonos patrióticos

A tres días del cierre de la última emisión solo ha conseguido colocar el 44,4%

El pleno de la Cámara de Comercio de Valencia tuvo un gesto con la Generalitat y anunció que el pasado lunes había aprobado la suscripción de bonos patrióticos por valor de un millón de euros. Una gota simbólica para llenar el vaso medio vacío de la última emisión de bonos realizada por el Consell por 1.800 millones con la intención de poder hacer frente a la devolución de otros 1.572 correspondientes al capital más los intereses de la deuda emitida ahora hace un año.

El Gobierno valenciano está muy lejos de poder hacer frente a esa cantidad. Ayer una nota de la Consejería de Economía presentaba casi como un logro haber colocado 800 millones del tramo minorista que ya estaban, de entrada, garantizados por las entidades colocadoras, entre las que no figuraba el Santander, que no aceptó la invitación del Consell a participar en la emisión. A tres días del cierre de la misma a los responsables del área de economía aún les faltan por conseguir 752 millones para cumplir con las obligaciones financieras contraídas hace un año, que podrían ser menos si, como todo indica, la Consejería de Hacienda está dejando de pagar a proveedores -entre otros a los farmacéuticos- para conseguir liquidez con que afrontar el próximo día 22 el vencimiento de la deuda colocada en el mercado hace un año.

La alternativa pasa por conseguir que el ICO se haga cargo de la deuda

La actual emisión de deuda, 1.800 millones ampliables hasta 2.300, tenía un doble objetivo: amortizar el capital más los intereses de la anterior y lograr dinero fresco para pagar las facturas de los proveedores. De momento no se ha conseguido ninguno de ellos y, como reconoció hace días Enrique Verdeguer, consejero de Economía, la situación es complicada porque "estamos compitiendo con muchos productos de entidades financieras y del Tesoro del Estado en un momento en que la liquidez es relativamente escasa".

La situación de la tesorería de la Generalitat es muy grave. El propio Mariano Rajoy, en la reunión que mantuvo con los dirigentes regionales de su partido el pasado día tres ya advirtió que la Comunidad Valenciana estaba al borde la quiebra y de que habría que hacer algo para ayudarla. Pero el tiempo corre en contra. Verdeguer ya advirtió en su día que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) sería una alternativa en el caso de que fracasara la colocación de la deuda. Alternativa que algunas fuentes no dudan en calificar de "excepcional" porque otras autonomías podrían exigir un trato similar. Queda el recurso de que la banca privada le eche una mano al Consell; pero parece bastante improbable.

Algunos observadores se muestran perplejos por lo que consideran pasividad del Consell que, lejos de asumir la realidad como está haciendo Artur Mas en Cataluña, se limita a adoptar medidas cosméticas de austeridad que no solucionan nada. No es extraño que fuentes cualificadas den por hecho el regreso de Verdeguer a su antiguo puesto de trabajo en el Icex.

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